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martes, 7 de mayo de 2013

Lleva el gol en las venas





Por Favio Verona


Con sus goles, Adrián Fernández hizo renacer las esperanzas de los hinchas. Olé te cuenta la historia del pibe oriundo de las tierras de Erico e hijo de un goleador.

La historia comenzó a un ritmo tan vertiginoso que ni siquiera hubo tiempo para la presentación del personaje. La vorágine sembró interrogantes que aún no tienen respuestas. ¿Quién es Adrián Fernández? ¿de dónde salió este pibe? son las preguntas que se proliferan en las tribunas de Independiente. Cuatro goles en apenas cinco partidos instalaron la duda de si el delantero de 20 años podrá mantener el nivel expuesto o si pasará lo que suele ocurrir en estos casos: que el efecto ilusorio de las luces de neón se apague tan rápido como un fósforo.

Fernández es oriundo de Paraguay, tierra fértil que germinó al máximo goleador de la historia del Rojo: Arsenio Erico. Su padre, Néstor Fernández, también fue un artillero implacable que brilló en el fútbol guaraní en los 80. Es cierto, Néstor fue un producto de consumo local ya que nunca alcanzó trascendencia internacional, pero convirtió más de 200 goles en sus pasos por Presidente Hayes, Nacional de Paraguay, Guaraní, Sol de América y Cerro Porteño.

El Halcón, como lo apodaban sus compañeros en la Reserva del Rojo, llegó a Cerro Porteño en 2008 de la mano de su papá, quien lo forjó durante sus primeros años y le dio el empellón para que se dededicara al fútbol. “Su padre lo trajo a Cerro Porteño y fue fundamental en su formación. Cuando llegó era muy tosco, pero compensaba su falta de técnica con su agresividad, entrega, y un físico imponente que llamaba la atención de todos”, relata Hernán Acuña, quien lo conoció a los 15 años y lo formó durante tres años en las divisiones inferiores de Cerro Porteño. “Siempre fue muy encarador y aguerrido, pero sabía que debíamos mejorarlo técnicamente y por eso siempre nos quedábamos trabajando después de las prácticas para que incorporara conceptos básicos. Es un chico que tiene cierta formación, siempre fue un consentido de su padre. El no era titular porque fue contemporáneo de Angel Romero y Epifanio García (hoy conforman la delantera titular de Cerro) y siempre estaba muy bajoneado porque jugaba poco, pero comprendió que tenía que trabajar el doble para no quedarse en el camino. Pudo haber bajado los brazos, pero decidió dar batalla”, le comentó Acuña a Olé . Y agregó: “Muchos creían que no tenía futuro, pero empezó a jugar cuando sus compañeros eran convocados al seleccionado juvenil y la rompió. El trabajo que hicimos para pulirlo rindió frutos. Mi exigencia fue extrema, lo hice trabajar y transpirar durante horas, pero él siempre estuvo abierto a mis sugerencias y hoy me lo agradece”.

Hoy, son varios los dirigentes del Ciclón paraguayo que se lamentan por la salida de Fernández. “Cuando llegó a la categoría Sub-18, Elvio González, que dirigía esa división, le pidió al Coordinador de las divisiones formativas, Blas Cristaldo, que lo echara del club. Elvio dijo que no le veía futuro, que no valía la pena invertir tiempo y dinero en él. Yo me opuse fervientemente y no me hicieron caso. Hubo una discusión muy fuerte, pero hoy todos los dirigentes están con mucha bronca por lo que pasó”, expresó Acuña, a quien el tiempo le dio la razón. Fernández llegó a Independiente a fines de 2011, y tras jugar unos meses en Cuarta y en Reserva, se convirtió en la esperanza Roja.


Fuente Olé

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