La Reserva está imparable: arrancó abajo y quedó con uno
menos, pero lo dio vuelta, lleva cinco triunfos al hilo y lidera el torneo.
Moreira entró y gritó el 2-1.
Por Favio Verona
“Alguien que de esto sabía un poco más que todos
nosotros...”. Hugo Moyano suele citar a su máximo referente antes de cada
anuncio importante.
Y ese alguien al que hace alusión el presidente del club es
Juan Domingo Perón.
Hoy, en Independiente rige otro movimiento, impulsado por
el talento y la convicción de la Juventud Beronista.
En Villa Domínico se entona cada vez con más fuerza esa
estrofa que quedó inmortalizada en la voz de Hugo Del Carril: “Los muchachos
Beronistas, todos unidos triunfaremos, y como siempre daremos un grito de
corazón: ¡Dale camp...!”.
Todavía nadie se atreve a pronunciar la última palabra, la
que desvela a todos los juveniles que Fernando Berón conduce desde el
alejamiento de Gabriel Milito. Es que la Reserva del Rojo lidera el torneo con
52 puntos en 25 partidos (PG 15, PE 7 y PP 3), aunque Racing y San Lorenzo
suman 48 en 23 y 24 encuentros, respectivamente. Lo cierto es que todavía no se
disputó el clásico de Avellaneda, por lo que el torneo sigue abierto y en
Independiente prefieren resguardarse en la prudencia.
Los de Berón dieron un paso enorme en la mañana de Domínico.
Despacharon a Defensa y Justicia con autoridad, en un partido que había sido
postergado en la fecha 20. Y consiguieron hilvanar una racha de cinco triunfos,
ya que el Rojo venía de vencer 1-0 a Huracán, 2-1 a Lanús, 3-0 a Chicago y 4-0
a River. El rendimiento del equipo fue de menor a mayor en el último tramo del
certamen. Los pibes debían ratificar que el nivel que habían exhibido el
domingo, en la goleada ante River, no se trataba de un espejismo. Y lo hicieron
con suficiencia. La historia comenzó mal luego de una jugada en la que Defensa
hizo caso omiso a lo que dictan las reglas tácitas del Fair Play. Además,
Barrios fue expulsado en la agonía del PT, cuando los jugadores del Rojo
estaban gobernados por el nerviosismo.
Berón mandó a Rodrigo Moreira por Bellocq en la segunda
etapa para salir a presionar en campo contrario. La movida le dio réditos. Báez
gritó el gol del empate luego de una pelota parada y una serie de rebotes,
Chiqui Moreira lo dio vuelta con un potente cabezazo tras un centro perfecto de
Gastón Del Castillo, el hermano del Kun Aguero, de tiro libre. Y Blanco selló
el partido tras una gran jugada que elaboró con Del Castillo.
Todavía falta, pero la única verdad es la realidad.
Fuente Olé
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