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viernes, 27 de diciembre de 2013

Milito por siempre.






Las emotivas palabras de Milito.

Por Favio Verona

Líder por talento y compromiso, Gaby Milito tuvo su despedida en un partido lleno de figuras y emociones.

"Soy un desprendimiento de la tribuna. Si no estuviese hoy acá, estaría allá, con ustedes”. Con el timming justo, Gaby hace que la gente se excite.

Quizás alguno pueda olfatearla como una frase tribunera y es cierto: le sobra cemento. Pero de la Doble Vicera de cemento, la histórica forma de nombrar al ahora “Libertadores de América”.

Es curioso, porque Gabriel Milito está -en años- lejos de aquellos días de gloria copera. Hasta siendo demasiado crudos, su carrera, exitosa acá y allá, quedó más cerca del descenso que de las grandes hazañas.

Sin embargo, tiene credencial VIP en el salón de la fama de Independiente. Y como él mismo dice, entró a este mundo como hincha, de la mano de su abuelo Antonio “Que me metió esta pasión”. O estas pasiones, bien podría decir, porque comenzó llevándolo a la cancha a ver al Rojo y también a jugar al club “Viejo bueno”, de Quilmes. Oh casualidad, porque esa definición es la que sienten hoy los fanas para con Don Antonio: viejo bueno que llevaste a Gaby hacia la histórica esquina de Alsina y Cordero. 

Casualidad, también, porque aquel pasaje Cordero ahora se llama Ricardo E. Bochini, y es justamente el enorme Bocha quien entra a la cancha al final del partido y le entrega una plaqueta a Gaby.

Y es el único que, por unos pocos segundos, se roba infinitos aplausos y opaca la despedida del Mariscal. Fue un instante merecido para Bochini y que debe llenar de orgullo a Milito, porque este partido, lleno de estrellas internacionales y no tanto, pero todas alineadas detrás del homenajeado, reconcilió a parte de la historia reciente del club con su gente.

Y Forlán, por el que algunos murmuraban su negativa a querer volver, fue ovacionado, igual que el Tolo Gallego.

Hay 32.000 personas en el estadio, muchos jugadores y ex jugadores cercanos que juegan o miran, pero da igual: participan.

Como los hijos de Milito, Santiago y Luca, que patean junto a su papá antes del final del partido.

También aparecen, mientras Patricia Sosa canta Honrar la vida, su esposa Silvina, sus padres Jorge y Mirta, su hermana Natalia y Diego, el hermano con el que lo enfrentan los desafíos a la Play, Independiente-Racing, Barcelona-Inter, Guardiola -Mourinho, Inter-Barcelona, y lo hermana el resto de la vida.

Y entona la gente. “Si sos hincha del Rojo tenés que cantar: muchas gracias, muchas gracias Mariscal”.

Gracias por el compromiso y porque este homenaje al ídolo haya sido un beneficio para el club.

Eso sí que es honrar la vida.


Fuente Olé

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