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domingo, 22 de diciembre de 2013

Más relleno que refuerzos



 Pisano festejando uno de los goles convertidos en Independiente.

Por Favio Verona - Beto Tisinovich

Cantero cumple dos años en su cargo y las incorporaciones fueron de lo peor de su gestión. De Felippe tomó medidas preventivas: sólo aceptará jugadores de calidad.

Antes de comenzar sus vacaciones, Omar De Felippe decidió tomar una medida preventiva. El técnico tuvo una extensa reunión con Javier Cantero en la que planteó los términos y condiciones para llevar adelante la búsqueda de refuerzos. No tuvo dudas para definir las posiciones: solicitó un delantero para acompañar a Facundo Parra y otro que se desenvuelva en las periferias del área. Aunque puso límites y fijó pautas contundentes: el entrenador no contempla la posibilidad de que se incorporen jugadores de relleno. Les exigió a los dirigentes que le acerquen atacantes con potencial para modificar el resultado de la ecuación y no para aumentar el caudal del plantel. El mismo lo expuso en una frase sucinta que refleja proverbial agudeza:

“Quiero refuerzos, no incorporaciones”.

El mensaje que retumbó en los oídos de los dirigentes implica una sola lectura. Si no llegan refuerzos volverá a quedar explícita la impericia de la dirigencia. El ataque preventivo de De Felippe tiene sustento. Desde que Cantero desembarcó en Independiente (hoy se cumplen dos años desde que ganó las elecciones), la política de refuerzos estuvo signada por los reiterados dislates. Y basta con hacer un breve repaso para corroborarlo.

Si bien para el Clausura 2012 Ramón Díaz le pidió que use los dos cupos de refuerzos disponibles, el presidente hizo caso omiso y sólo llegó Farías. “Es cierto que traje a uno sólo, pero por su jerarquía, el Tecla vale por dos”, se ufanó. Para el Inicial 2013 el descenso dejó de ser una simple amenaza y comenzó a asomar como una posibilidad concreta. La consigna fue traer “hombres de experiencia”. Y hubo un daño colateral. No se evaluó el presente de los futbolistas y la mayoría de los nueve jugadores incorporados en ese mercado de pases fueron víctimas de lesiones sistemáticas.

Quizás el mayor acierto fue el retorno de Montenegro, aunque el mérito se le atribuye a Américo Gallego, quien tiene una buena relación con el Rolfi. Para ese torneo crucial, el Tolo también pidió un delantero de jerarquía y los directivos trajeron a Caicedo. Una vez consumado el descenso, la consigna pasó a ser otra.

“Traer jugadores con conocimiento de la categoría”.

El fracaso fue estruendoso. No arribó ninguno de los jugadores pedidos por Miguel Brindisi y sólo Parra, Pisano (sugerido por Bochini) y Zapata lograron tener continuidad. De Felippe lo sabe y no quiere ser la próxima víctima.


Fuente Olé

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