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lunes, 22 de septiembre de 2014

Uno x uno + Ficha y Puntajes vs River Plate - Según IR





Por Mauro Erbiti

Diego Rodríguez (3): noche olvidable para el Ruso. Primero, quedó mal parado en el primer gol rival. Pudo haberse confundido con un jugador de River que pasó por el primer palo, o por el rebote del remate, pero la pelota le pasó por al lado y es claramente su responsabilidad. En el de Rojas, poco para hacer. Luego, casi la pierde por querer salir amagando luego de un mal pase de Cuesta. En el gol de Teófilo Gutiérrez, el que sepultó al equipo, también compartió la culpa con Tula. Y en el de Mora, aunque fue un golazo, ya había salido apurado y estaba a mitad de camino. Sí tuvo un buen cruce y contuvo bien un cabezazo, pero todo queda eclipsado por sus errores en los goles.

Sergio Ojeda (2): todo mal. No hizo pie en un posición que no es la suya. Error del técnico por ponerlo allí, teniendo en cuenta sus limitaciones para ese puesto.

Cristian Tula (1): desastroso. Nunca dio un pase bien y fue un peligro en las salidas por abajo. Así fue que se equivocó y le entregó la pelota a Teo. Pero también rechazó mal, dejándole el esférico a Rojas en el borde del área. Debió despejar el córner de frente, algo de manual. Sus complicidades en los goles en contra son alarmantes. Mal.

Víctor Cuesta (3): se cayó constantemente y generó pérdidas en casi todas sus entregas por abajo. En lo que va del torneo, tuvo pocas presentaciones en la que demostró solidez. Quedó mal parado en el gol de Mora.

Néstor Breitenbruch (3): sufrió siempre el dos-uno por su banda. Se vio siempre superado y sin ayuda de Pisano por ese costado. También demostró problemas físicos, por lo que luego debió salir.

Franco Bellocq (4): poco se parece al buen juvenil que arrancó en la B Nacional y fue de los más destacados del equipo. Pero no sólo es algo individual: en todas las fechas, el Rojo perdió tácticamente y numéricamente en el medio.

Federico Mancuello (5): siempre intentó, con ese amor propio por el club y entrega. Sin embargo, no tuvo un buen encuentro. En frente, hubo rivales que demostraron su misma voluntad y despliegue para la recuperación de pelota. Le costó en la marca y la recuperación. En ataque, pifió una en el medio del área y tuvo un remate lejano que contuvo Barovero. Obviamente, lo mejor fue su gol. Buen cabezazo para ponerle un poco de suspenso al clásico.

Lucas Villalba (3): insoportable. No ganó nunca, ni de arriba ni en los anticipos. Y las pocas veces que ganó fue con faltas. Se quedó pidiendo mano en la jugada del gol de Gutiérrez, en lugar de intentar recuperarla. Pésimo.

Daniel Montenegro (4): calentó el duelo en la semana con declaraciones polémicas, minimizando al puntero y señalando errores ajenos. Sin embargo, poco aportó el Rolfi para que el Rojo -al que le había “puesto todas las fichas”- peleara por el triunfo. Sólo un tímido remate de media distancia. Luego, nada. Siempre perdió, fue presionado por los rivales y no fue la bandera del equipo. La próxima, mejor callar.

Matías Pisano (3): se dio tal cual había vaticinado el Enano: nunca corrió a Vangioni, pero éste sí lo corrió a él. Nunca le ganó el duelo al lateral. Muy flojo

Claudio Riaño (4): aunque intentó salir del área para pivotear y asociarse, poco pudo hacer. Muy aislado del resto.

Francisco Pizzini (4): aunque intentó darle otra velocidad al equipo, no tuvo tanto protagonismo. Y poco pudo hacer luego del tercer tanto del local, que liquidó el trámite.

Jesús Méndez (4): buen centro a Mancuello para el descuento, pero luego perdió muchas pelotas y abusó de la falta.

Aléxis Zárate (-): nada para destacar

Jorge Almirón (1): luego del dramático triunfo ante Quilmes, el entrenador salió con todo en conferencia contra River. “A River nunca lo atacaron como lo vamos a hacer nosotros”, dijo. Luego, fue tapa de los diarios y marcó que el Millonario ganó porque “Se enfrentó a muchos equipos en formación”. De ser así, éste fue otro ejemplo: el local pasó por arriba a Independiente, que sigue demostrando horrores defensivos, conceptuales, tácticos y de parado. El entrenador sigue regalando un tiempo e intentando remediar en el entretiempo. Ahora, deberá callarse y buscar que el Rojo sea protagonista dentro de la cancha y no fuera de ella. La derrota, en la previa, podía esperarse y hasta es lógica y merecida luego de haberse jugado el partido. Pero la próxima, en lugar de criticar al rival -más si se trata del puntero y máximo candidato a ser campeón- hay que mirar para adentro.



Fuente Infierno Rojo

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