El Rolfi Montenegro se fue aplaudido del Libertadores. (DyN)
Montenegro disipó las críticas con un rendimiento más acorde a lo que marca su trayectoria.
Tuvo timing. El mismo que exhibía durante la etapa más
fructífera de su carrera para leer la jugada e interpretar los tiempos de la
entrega.
Tuvo timing Daniel Montenegro, porque su buena actuación llegó en el
momento justo. Cuando los murmullos comenzaban a apoderarse de las tribunas y
las críticas empezaban a escucharse cada vez con más frecuencia, cuando su
liderazgo ya estaba en tela de juicio, el Rolfi eludió la hoguera de los
cuestionamientos con un rendimiento un poco más acorde a lo que marca su
currículum. Porque apeló a la sapiencia para distribuir la pelota con criterio
y precisión, fue inteligente para tener la pelota y también invirtió una buena
cuota de sudor para retroceder y recuperar la pelota en el medio.
Estuvo cerca
del gol pero Caranta se lo negó y asistió a Breitenbruch, y el arquero tampoco
quiso.
Esta vez habló en la cancha y no en la previa, como había hecho antes
del duelo ante River.
Sólo se acercó a los micrófonos para dispensarle algunos
elogios a Mancuello: “Hay que aprovechar los momentos de cada uno y él está
atravesando uno muy bueno”.
Fuente Olé
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