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domingo, 24 de agosto de 2014

Urgente, ¿dónde quedó la actitud del primer partido?





Por: Rodrigo Tamagni

Toque, movilidad y determinación. El Independiente que prometió en los primeros juegos se evaporó. Al técnico no le tiembla el pulso, pero se lo hace temblar a los jugadores con sus decisiones apresuradas. Mostrarse rápido y bien, reflejo de una sociedad que vive apresurada por el "no hay tiempo". Comandante Jorge, deje que la idea de juego se cocine a fuego lento

El segundo tiempo estaba a punto de arrancar, pero antes el cuarto 'hombre de negro' marcaba dos cambios. "¡Que tipo raro este Almirón!", suspiraba un sesentón en la platea mientras veía el '23' en el cartel. Otra vez el técnico dando muestras de su 'carácter'. De que su pulso no tiembla ni en un mano a mano en el Jenga contra Sofovich. Quizás eran las ráfagas de viento constante, pero un tufillo en el aire hacía tener un mal presentimiento. El equipo no había jugado su mejor partido, pero es la tercera fecha. Aunque parece que no importan los tiempos, las cabezas acá ruedan sin cesar.

"No está mal, el 'Rolfi' viene jugando mal hace rato", entre que respondía y lanzaba al aire un pibe que mamó más malas que buenas. Otra gran verdad. Pero tampoco había sido de lo peor y, con errores, era la manija en los tres cuartos.

El equipo se derrumbó. Quizás porque en el Jenga no sólo importa el pulso sino que también es necesaria la estrategia para mantener la estructura de pie. Equilibro en ambos lados y saber sacar las fichas justas, en el momento preciso.

Sin Montenegro en cancha, la pelota comenzó a pasar por el aire. Con cambios de frente arriesgados y con pocas probabilidades de que lleguen con éxito a destino. La respuesta a eso era que el equipo quedaba parado a mitad de camino; ni en ataque, ni en defensa. A Vélez, con explosión y un Pratto delicioso, le bastó un soplido para dejar mal parado al equipo. Pratto uno, Pratto dos.

¿La pelota? Propiedad de Méndez. Pieza que, si había una que sacar, era esa. Dejó a Jesús solo en la creación como si le sobrara, y aunque él lo crea, no le sobra. Tiene habilidad, pisada y panorama, pero le falta inteligencia y peca de soberbia futbolística. "A un toque eres el mejor, a dos toques eres muy bueno, a tres eres discreto", le dijo, clarito, Guardiola a Busquets. Salvando las distancias, a Jesús le cabe el mismo análisis. Imagínese la opinión a la hora del traslado constante que practica. Esto es tan cierto como que queda expuesto ante la falta de compañeros. Y en eso, la culpa es de Almirón.


Fuente Play Fútbol

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