Por PABLO CARDENAS
Por estos días abrís un diario, prendes la tele o
navegás por internet y el tema es tan monótono que aburre.
INDEPENDIENTE SE VA
A LA “B”…
Los propios hinchas del “rojo”, toman la situación como
una tragedia. Los ajenos, se burlan.
Pero nadie es indiferente ante tal
realidad.
“Los Diablos Rojos o El Rey de Copas”, uno de los
equipos más grandes del mundo, por estos días, está perdiendo la categoría por primera
vez en su historia.
Es comprensible la actitud de los hinchas: Algunos que
se funden en llantos de desazón, de bronca, de tristeza, de rabia… Otros que
por los mismos motivos, exigen “la cabeza” del presidente. Algunos ya están
resignados, otros esperan el milagro. Pero ninguno puede pegar un ojo.
Imagino, y puedo sentir a los hinchas del rojo…
Viviendo una pesadilla que no termina, con la cabeza llena de interrogantes, de
dudas.
Con la mínima esperanza en el corazón, haciendo tiempo para ver si algún
suceso los salva de tal “catástrofe”… No se, tal vez imaginando un decreto que
elimine los descensos, o algo por el estilo.
Miles de cosas deben pasar por esas cabezas. La
grandeza de un club que supo alzarse con tantas glorias que no caben en la
vitrina y hoy, a un paso de la “vergüenza”. Miles de cosas deben pasar.
Los más
jóvenes se acordarán del último gran equipo rojo: Luis Islas; Oscar Craviotto,
Pablo Rotchen, José Serrizuela, Guillermo Ríos; Diego Cagna, Hugo Pérez,
Gustavo López; Daniel Garnero; Sebastián Rambert y Albeiro Usuriaga.
Sin embargo, los que ya pintan canas, y hoy, siguen al
equipo desde “La Cordero”, pensarán en: Bochini, Bertoni, Pavone, Marangoni,
Percudani, Santoro y tantas otras glorias que supieron hacer grande al equipo
rojo.
Que pensará aquel señor de más de sesenta que todavía
va a las populares de todas las canchas, porque la pasión es más fuerte que el
dolor de piernas?.
¿Que pensará al ver a Fredes jugando de “5″? ¿Se acordará
de Marangoni o “Perico” Pérez?
¿Que pensará este señor, cuya cabeza tiene más
blancos que pelos al pagar una entrada para ver delanteros como Miranda, Adrián
Fernández, Farías o Caicedo?
¿Que pensará nuestro amigo sexagenario? ¿Se
acordará de Arsenio Erico, Luis Artime, Jorge Burruchuga o Sergio “Kun” Agüero?
Lo cierto es que no se puede sucumbir…. Ni ante tanta
gloria, ni ante tantos logros.
INDEPENDIENTE se va la “B”, esto es casi un hecho.
Pero jamás descenderán los títulos obtenidos.
Jamás
descenderán las 7 Copas Libertadores ganadas (En muy buena ley, porque hay quien
las discute, olvidándose que en ese momento la reglas eran igual para todos).
Jamás podrán descender las finales Intercontinentales del 73 contra la Juventus
y del 84 contra el Liverpool.
No podrá descender nunca la magia de Bochini, ni
la elegancia de Marangoni, mucho menos los goles Erico.
Casi mitológicamente, creemos que el descenso es la
muerte deportiva de un sentimiento, lo cual queda totalmente descartado con las
magistrales recaudaciones que han establecido San Lorenzo, Racing Club y River
Plate en los torneos de ascenso.
Cuando el descenso nos rodea, tanto que no nos deja
escapatoria, creemos que es la propia muerte que viene a buscarnos, hasta nos
convencemos que todo se acaba.
Comenzamos a pensar en la familia, y nos
volvemos mágicamente gerente de marketing, presuponiendo que tal o cual marca
no va a querer “sponsorear” más a nuestro club por la “vergüenza” que significa
descender.
Quiero terminar de escribir, pero vuelvo a ponerme en
la piel de aquel señor de sesenta, fanático incondicional. Ese señor que
siempre se enorgulleció de ser hincha del rojo, y no sólo por los títulos
obtenidos, si no también por el despliegue, por el Paladar Negro, por el
“ganar, gustar y golear”, por el “ole, ole” que tantas veces descendió de esas
tribunas…
Y quiero terminar, para no aburrir… Pero sigo pensando
en aquel hombre canoso… Que pensará?
Seguramente se acuerde de dirigentes de la talla de los
Jorge Botaro, Pedro Iso o Pedro Canaveri y los compare con los Ducantezeiler,
Comparada o Cantero.
Y se agarre la cabeza y no lo pueda creer, y hasta deje
caer alguna lágrima, sabiendo que un par de corruptos trataron de robarse la
historia…
Pero si alguna buena queda para dedicarle a mi
imaginario amigo canoso, es que la historia no se la pueden robar, ni
mancharla, ni extinguirla.
Porque la historia es la historia. Es algo que pasó y
que ya está escrito.
La pérdida de la categoría, no hace ni más grande ni
más chico a un club. Si no, pregúntenle al Manchester United, al Milan, a la
Juventus o River Plate.
Seguramente, de nada sirvan estas palabras ahora,
porque el orgullo y la arrogancia son primos hermanos, pero con la gran
diferencia que el segundo claudica y el primero persevera.
De nada servirá ningún consuelo ahora, porque el dolor
ahoga, ciega y enmudece.
Pero la pérdida de la categoría no es el fin de la
grandeza, es solo el retroceso que los más grandes necesitan para tomar envión…
y volver a volar…
Fuente De todo un toque Blogsdelagente.com
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