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jueves, 8 de mayo de 2014

¿A qué juega?





Por Cristian Fernández

Es la pregunta que se hacen muchos hinchas de Independiente a la hora de ver cada partido de este equipo. No se defiende, no ataca, no tiene la pelota, no juega de contra… sólo transita la cancha con un andar cansino que exaspera.

Cuando llegó Omar De Felippe le dio solvencia al equipo y lo levantó anímicamente . Así lo enderezó y logró en la primera rueda el objetivo de quedar en zona de ascenso, algo impensado conociendo el comienzo nefasto en el torneo que tuvo el Rojo.

Sin embargo en la segunda rueda todo cambió. La solvencia quedó en el cajón de los recuerdos, Matías Pisano y Daniel Montenegro dejaron de ser una sociedad de creación para ser una dupla de desaparecidos. Los delanteros de área parecen tenerle miedo al área. Tanto Marcelo Vidal como otros volantes (leáse Martín Zapata o Hernán Fredes) no tienen precisión para jugar.

El único que mantuvo su nivel, fundamentando el mismo en su entrega, es Federico Mancuello que junto a Diego Rodríguez son lo poco rescatable del equipo. Porque para marcar en la defensa y, justamente, jugando con las palabras, es eso: “La defensa no marca”. No da la misma seguridad del cierre de la primera etapa del Torneo.

Ante esto, Omar De Felippe hace ya tiempo que está trabajando con este plantel y si bien no lo eligió, también es bien sabido y queda demostrado partido tras partido que no le encuentra la vuelta. No hay jugadas preparadas. No se ve trabajo semanal el día del encuentro. No se visualiza un patrón de juego… no hay variantes ni sorpresas. No hay nadie que se pueda salir del molde, que haga algo distinto. Que haga fútbol.

Tras la derrota en Jujuy el entrenador resaltó que con “fulbito acá no se puede”. Nadie exige que haya caños, tacos, ni goles de chilena. Para nada. Pero sí que uno vea la táctica y más o menos tenga una idea de la estrategia. No hay autocrítica en sus declaraciones. Se lo nota enojado, pero esa bronca no le permite salir adelante. El rendimiento de los jugadores no lo acompañan, no obstante las modificaciones son de sistema. Los nombres propios siempre son los mismos.

Sí, es verdad, mucho no hay. Mejor dicho, no hay nada… Lo cierto es que Independiente tiene que salir a ganar en todos lados. O, por lo menos, dejar de pasar vergüenza. En todas las provincias que visitó, la gente que lo fue a ver se quedó con la misma sensación: haber visto un equipo timorato, que se aferra al empate aunque trata de engañar y engañarse que el triunfo es el objetivo.

Es hora de que De Felippe y sus muchachos entiendan que para salir de esta situación hay que olvidarse de todo, poner los huevos sobre la mesa como los hombres que son y ganar. Claro que para eso hay que mejorar y ahí es donde le exijo al DT un golpe de timón. Hace tiempo que muchos se lo piden, pero aún no lo ha podido encontrar. Quizás es hora de cambios bruscos. Quizás sea hora de otros nombres propios… quizás es el momento de tocarles el orgullo.


Fuente Infierno Rojo

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