Una postal del partido: Rosales, en teoría creador, luchando
el balón con un rival.
Para Vélez, este Independiente deberá mejorar muchísimo en
la creación de fútbol, su cuenta pendiente en el debut.
¿Prioriza la partitura
o los intérpretes?
"Una parte la cumplimos.La otra, quedamos en deuda”.
Reflexivo, Cristian Díaz admitió tras el partido contra Newell’s que hubo una
virtud en la tarea defensiva pero que el principal déficit fue la generación de
juego.
Con refuerzos que aportan experiencia y personalidad, en Rosario se vio
a un Independiente que no escondió nunca la pierna para meter pero que no tuvo
buenos pies para crear fútbol.
El esfuerzo y la actitud, intachables.
Pero con
eso sólo, se sabe, no alcanza.
Y ahora que llega Vélez, surge una imposición
lógica, un pedido que en el cantito tribunero debería tener una corrección: hay
que poner más juego.
Algunos números ayudan para evaluar el pobre desempeño
ofensivo del Rojo en su debut: un solo tiro al arco (remate aislado de 45
metros de Martín Benítez) y apenas un 30% de tenencia del balón durante los
90’.
Como si fuera dos equipos en uno, hubo un Independiente que cumplió en la
faz defensiva. Que controló la embestida, por momentos, del local. Que tuvo en
Tula y Morel los puntos más altos del aguante. Que logró buena coordinación
entre Battión y Zapata en el doble cinco.
Pero también hubo otro
Independiente... Mejor dicho, no hubo. Porque del medio hacia adelante, con la
bocha en su poder, no supo qué hacer con ella.
No atacó ni manejó el balón,
mostrando una preocupante carencia de ideas a tal punto de no armar ninguna
jugada clara de gol.
Está claro que este Rojo, con tantas caras nuevas y tan poco
tiempo de trabajo, está en construcción. Y que siempre es más difícil crear que
destruir.
Pero la incógnita que dejó en su estreno fue, como en el caso del
huevo y la gallina, ¿qué es prioritario para Cristian Díaz? ¿El dibujo táctico
o los nombres?
La idea original era una línea de tres volantes, con dos
mediapuntas abiertos (Leguizamón por derecha y Rosales por izquierda). Pero el
parado de Newell’s obligó rápidamente a mutar ese 4-3-2-1 en un 4-4-2, con
Fredes y Rosales como carrileros.
Justamente, los dos que tenían mayores
obligaciones creativas estuvieron contenidos. Sobre todo el ex Unión: jugó tan
cerca de Morel que, en la jugada más clara del partido (un cabezazo de Maxi
Rodríguez a las manos de Hilario), él fue el que habilitaba a todos, volviendo
por la banda izquierda.
Vale aclaración que el hecho de que tanto él como
Fredes hayan jugado en posiciones no habituales, donde no rinden, no los exime
de lo mal que anduvieron con la pelota en su poder.
Contra Vélez, de local, habrá que ir a buscar el triunfo.
Tomar riesgos, tener volumen de juego, ser más profundos, romper líneas con
cambio de ritmo, desbordar por los costados. Justamente, lo que faltó contra
Newell’s.
Fuente Olé

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