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miércoles, 8 de agosto de 2012

No al síndrome “Especular”




Por Cristian Fernández

Dicen que no siempre de un buen plantel se obtiene un gran equipo. No obstante, para trascendental temporada ha llegado a Independiente mucho material. Se reforzó la defensa con tres futbolistas y, el ataque, con un delantero con clase, que viene de ser campeón con Arsenal.

Claudio Morel fue el más regular del conjunto en Rosario y Cristian Tula formó una buena dupla con Eduardo Tuzzio. Y, pese a que su estado físico no es el óptimo nadie duda de las cualidades y las aptitudes de Luciano Leguizamón.

Sin embargo, el mediocampo fue el sector más favorecido. Se recuperó a Roberto Battión, se sumó a Paulo Rosales, a Víctor Zapata, a Fabián Vargas y a Jonathan Santana. Cuatro jugadores con mucha experiencia y de gran calidad.

Ahora bien, el modelo 2012/2013 del equipo de Cristian Díaz tuvo un estreno muy flojo en Rosario, ante Newell´s. Es cierto que La Lepra tiene un conjunto armado y bien reforzado. Además era local y las expectativas estaban centradas en el regreso de Maximiliano Rodríguez, con mucha fiesta y emoción en las tribunas. Pero el planteo fue muy cuidadoso y cauteloso.

Otra vez Hernán Fredes jugando por derecha, de ocho. Intrascendente, sin cortar avances rivales, sin poder asociarse con nadie. En definitiva, mal. A tal punto que fue sustituido en el entretiempo quedando su figura muy expuesta.

Battión, por su lado, siempre con su descarga lateral y trasera, sin arriesgar ni ser productivo para el equipo. Se necesita un volante central que se haga dueño del sector y que tome iniciativas hacia delante. En esto, no hay mucha responsabilidad de Cristian Díaz sabiendo que todavía Santana y Vargas no estuvieron a su disposición. Si quiere mantener la titularidad, el ex Banfield deberá crecer en todo sentido.

El que anduvo más concentrado y con un nivel de compromiso mayor fue Zapata. Arrancó como volante por izquierda y con el correr de los minutos se fue cerrando hasta terminar bien cerca del central, casi como doble cinco. Hay que señalar que del ex Vélez se espera un recorrido más largo si es que va a hacer la banda.

Rosales estuvo esconocido. No hizo nada de lo que se espera de él y de lo que se viene viendo. Su posición le jugó claramente una mala pasada. Casi como doble tres, por momentos, ayudando en la marca, cubriendo la espalda de Morel y muy lejos de la zona en la que puede hacer daño. Sí, a casi 200 metros del arco rival.

O sea, muchos, quizás, hubieran firmado un empate de arranque en Rosario contra el Newell´s del Tata Martino, Maxi Rodríguez y compañía, pero así va a ser complicado. Esta mentalidad llevó a River al lugar en el que está. Los partidos hay que ir a buscarlos. Obviamente con equilibrio. Y material hay para lograrlo.

No son momentos de medias tintas. Tampoco lo son de descanso ni relajación. Cuanto antes se salga de esta situación, de esta paranoia, más rápido se va a crecer, pero para eso hay que trabajar sabiendo que esto es Independiente y, si bien, con la historia ya no se gana, hay que salir a ser Capote en todas las canchas. Recién empieza y hay tiempo, pero el margen es muy fino, casi nulo y no hay espacio para especular.



Fuente Infierno Rojo

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