El estado de la cancha de Independiente. (GERMAN GARCIA
ADRASTI)
Por Vicente Muglia
El mal estado de una de las áreas llevó a Lunati a suspender
el partido. Hubo polémica, incluso con la reprogramación: va este lunes a las
19.30.
El tránsito marchaba lento, a paso de hombre, por el Puente
Pueyrredón desde Capital hacia Avellaneda.
El mismo congestionamiento ocurría en la zona de los Siete
Puentes. Eran las 19.50. Faltaba justo media hora para el comienzo del partido
y mucha gente se acercaba hacia el Libertadores de América. Ya no llovía.
Sin embargo, fue en ese preciso instante en el que Pablo
Lunati confirmó la suspensión del encuentro.
Un rato antes, alrededor de las 19, el árbitro había
ingresado al campo de juego para inspeccionar el terreno y consideró que
jugarlo “era un riesgo para la integridad física de los futbolistas”. Se
convenció después de haber visto el mal estado de una de las áreas, que fue
tapada con montículos de arena para emparejar la zona. Muchos hinchas se
enteraron camino al estadio, escuchando la radio o a través de Internet, de la mala
noticia. Independiente-Vélez no se jugó y dicha decisión provocó la polémica y
la garganta al rojo vivo de Javier Cantero y Cía. “Es algo ilógico lo que
sucedió”, fue lo más leve que declaró el presidente del Rojo.
Que el estado del campo de juego de la cancha dista de estar
en buenas condiciones es algo que se puede comprobar desde hace más de un año,
cada vez que Independiente actúa de local.
De hecho, hasta Cristian Díaz se quejó en el torneo pasado,
antes del encuentro con San Lorenzo por la 18ª fecha, de dicha situación.
Con la cantidad de agua que cayó durante todo el día se
podía prever que el terreno no iba a estar bien. Lo que determinó que Lunati
suspendiera el match fue el estado del área que da a la tribuna Norte, la
local. El árbitro revisó la cancha en dos oportunidades. Primero, acompañado
por sus colaboradores. Después, con Cantero, Farías y Tuzzio por el lado de
Independiente y con Cubero, Montoya y Domínguez por el lado de Vélez. Y ante su
decisión se encontró con la postura del club local de querer jugar el partido.
“Independiente pretendía que se jugara y busqué un
acercamiento con Vélez para llegar a un acuerdo pero no hubo”, afirmó el juez.
Así comenzaron rápidamente las críticas desde el Rojo hacia
los de Liniers, haciendo foco en la actitud de su capitán, Fabián Cubero (ver
pág.15).
La polémica no sólo se generó sobre si el partido se podía
jugar. Más tarde, comenzaron las especulaciones sobre cuándo se reprogramaría
el encuentro. Finalmente, pese a la oposición de Independiente, que prefería
pasarlo para alguna fecha de septiembre u octubre, la AFA se apoyó en el
artículo 11, que habla de jugarlo en el plazo de cinco días, y decidió
reprogramarlo para mañana a las 19.30.
El Rojo intentó evitarlo porque el sábado próximo jugará nada
menos que contra Racing.
Así, anoche, bien tarde, ambos planteles fueron notificados.
Hoy no tendrán libre como estaba previsto sino que se juntarán para quedar
concentrados. “Si sigue lloviendo, la cancha no va a llegar en condiciones para
el lunes”, anunció Lunati.
Habrá que ver, entonces, si el tiempo lo permite.
Fuente Olé

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