Por Marcelo Sottile
Al argumentar por qué se discutieron tanto los cambios que
hizo, el Tata abrió el debate: “No hay una búsqueda que distinga a la
Selección”.
"Se discuten tanto los cambios porque nunca tuvimos
estilo de juego”. El Tata Martino primero titula. Y a los segundos empieza a
escribir la nota...
“Argentina nunca fue reconocida como un equipo que jugaba a
atacar, a defender, a la segunda pelota, de contragolpe... Se gana de todas las
maneras, pero no hay una búsqueda que distinga a la Selección. Nosotros tenemos
una idea. Aunque hemos cambiado entrenadores hasta por la forma de vida y no
por cómo jugaba... Viene un tipo y quiere hacerlo de una manera. Mañana viene
otro y quiere otra...”.
El entrenador, con sus palabras, atiende las dos facetas del
juego: defiende sus modos y ataca los históricos banquinazos de la AFA para ver
quién entra al predio de Ezeiza. En realidad, su revisión incluye partidos
viejos, pese a que esta vez lo detona el 2-2 del otro día: un error que va más
allá de la vereda en que se camine. Y más allá de que se festeje esta
propuesta. No porque no se puedan juntar tantos futbolistas ofensivos sino
porque hay coincidencia general en que la lectura del partido pedía otra
modificación: darle más equilibrio al medio en vez de poner a Tevez como volante.
Puede ser que pase, eso sí, que se acentúe la crítica o se
levante el pie de acuerdo al estilo que más convenza al analista. Aun sin saber
cuál debe ser el más indicado para la Selección a lo largo del tiempo. Tanto
pasa, que en las últimas horas se escuchó el “a Sabella no se lo empataba
Paraguay”. O se piensa que Martino se desbalanceó tipo “el Coco Basile que los
ponía a todos en el Mundial 94”. Por eso sirvió cuando el propio Tata
desenfundó que “en las últimas Eliminatorias se jugaba con Fernando (Gago) y
los cuatro de arriba (Messi, Di María, Kun Aguero e Higuaín) y al equipo le fue
muy bien”. Todos los técnicos han chocado buenos partidos. Tal vez falte un
Guardiola argentino, alguien completísimo allá y acá, que pueda tener 21
ayudantes para saber todo del rival pero también profundizar los movimientos
ofensivos, imponer las condiciones del juego y hasta hacer mejor a Messi. En la
Argentina se vive hace años en el antiguo Menotti o Bilardo, no se avanza en
una discusión más profunda. No hay un modelo. Y cuando apareció uno en
Juveniles, con Pekerman, se lo tiró pese a ganar y respetar un estilo, donde la
pelota iba por abajo pero también tenía su pragmatismo. Alemania, el campeón
del mundo, hace años que conoce qué quiere en Juveniles, su modo de jugar, su
estilo. Podés saber que son alemanes aunque se pongan una camiseta naranja...
Argentina, el subcampeón, ahora modificó parte de sus formas. Y mucho antes,
aunque supo ganar con los dos, varió de Menotti a Bilardo. Una anécdota de
Basile explica todo: “Cuando me reuní con Grondona en su casa para agarrar la
Selección, antes de que me hablara saqué un cigarrillo y le dije: ‘Yo fumo,
tomo, salgo, soy la antítesis de Bilardo’”.
Detrás de las risas del encuentro hubo una elección, “las
formas de vida” de las que habló Martino. Aunque también era distinto el modo
de encarar los partidos. Y así, después se pasó del Basile de las gorritas al
Passarella del pelo corto. De Bielsa y Pekerman a un Basile más grande. Y de
Maradona y Checho Batista a Sabella...
Hasta lo expone el capítulo final: los dos grandes
candidatos para agarrar la Selección el año pasado fueron Martino (fútbol de
posesión y ataque posicional) o Simeone (vértigo y presión). Como dice
Guardiola, “hay que robarles un poco a todos”. Pero aquí el ladrón muchas veces
no sabe a qué casa entrar.
LA SERENA (ENVIADO).
Fuente Olé
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