Pellegrino llegó a Domínico pasadas las 7 y se retiró a las
15.30. Arrancó el ciclo con muchas ganas.
Por Fabian Rodriguez
Mauricio Pellegrino tuvo su primer día al frente del Rojo y
llenó de fe al plantel, integrado por 33 jugadores. La pretemporada se hará en
Luján, cuna de los fieles.
No se come, pero alimenta”. Esa fue la definición del
término “ilusión” que escribió Gabriel García Márquez. Ese sentimiento afloró
en el plantel de Independiente con la asunción de Mauricio Pellegrino. Entre el
viento incesante que ayer azotó en Villa Domínico se filtró una brisa de
esperanza que emanó desde los jugadores. Hoy, existe confianza para lograr
resultados positivos y dejar atrás el calvario vivido en el pasado, en los
últimos partidos del ciclo de Jorge Almirón que alejó al Rojo de la lucha por
el torneo local. La décimosexta posición pretende ser revertida y, a la vez, se
espera avanzar y dar pelea en la Copa Argentina y la Copa Sudamericana.
El ciclo del Flaco se inició ayer a las 9.30, cuando Jorge
Damiani, secretario deportivo del club, realizó la presentación formal en el
vestuario. Un rato después, Pellegrino llevó a cabo una charla de media hora
con sus dirigidos en plena cancha, ante la presencia de Carlos Compagnucci y
Xavi Tamarit (ayudantes de campo), Gabriel Macaya (preparador físico) y Pablo
Cavallero (entrenador de arqueros). Luego, llegó el momento de la acción de los
futbolistas...
Ejercicios aeróbicos y con pelota integraron la rutina para
los 32 jugadores en condiciones aptas, ya que Torito Rodríguez hizo tareas de
rehabilitación por la fractura de peroné en la pierna izquierda que sufrió el
11 de abril en el Bajo Flores. Una vez que culminó la primera práctica,
Longaniza y sus colaboradores se retiraron hacia la confitería del predio para
dialogar con Fernando Berón, técnico de la Reserva, y algunos entrenadores de
las Inferiores. La intención es trabajar de manera mancomunada. Pasadas las
15.30, se retiró del predio, completando más de ocho horas en el predio, ya que
llegó pasadas las 7.
La conformación del plantel es la principal cuestión que
debe resolver. De los 33 jugadores que se presentaron ayer se irán cuatro, en
primera instancia. La directiva determinó que no renovará los contratos de
Cristian Tula y Gabriel Vallés, que terminarán el 30 de junio. Además, Gabriel
Graciani (lo dirigió en Estudiantes y no lo tuvo en cuenta en 2014) y José
Valencia seguirán sus carreras en otros clubes. Cabe destacar que la intención
del DT es trabajar con 28 jugadores. Para llegar a esa cifra, debe definir la
continuidad de Lucas Villalba, Alexis Zárate y Rafael Barrios. Lo mismo sucede
con la situación de Javier Báez, quien volvió al club tras el préstamo por una
temporada en Deportes Iquique de Chile, y será evaluado durante la
pretemporada.
En cuanto a la llegada de refuerzos, Pellegrino fue
contundente: quiere a Germán Denis. Es su obsesión para juntarlo con Lucas
Albertengo. La negociación con el enviado de Atalanta es compleja porque el
jugador cuenta con dos años más de contrato. El resto de las incorporaciones
dependerá de las transferencias al exterior que realice el club. Los apuntados
a vender son Federico Mancuello, Matías Pisano y Víctor Cuesta, aunque por
ahora no llegaron propuestas concretas.
“La Pellegrinación”, el proceso que transita Independiente,
comenzó la semana pasada y ya da signos de transformación. En cuanto al
plantel, el entrenador estableció una nueva matriz para el trabajo diario. La
primera idea base la importó de Europa, donde jugó ocho años. Tras los
entrenamientos, los jugadores compartirán el almuerzo en Domínico. Una acción
que apunta a controlar la alimentación, a través de una dieta estricta, y que
también busca afianzar la unión grupal mediante las sucesivas reuniones al
mediodía.
El otro punto que impuso el entrenador fue la confección de
un tablero de 12 por 12 en la cancha n° 2, compuesto por cuadrados de un metro
para desarrollar el Yo-yo test, un método para medir la oxigenación y
resistencia a través de carreras de ida y vuelta, a una velocidad que aumenta
de manera progresiva por intermedio de una señal sonora. El objetivo es lograr
medir el agotamiento físico.
La actualidad del Rojo es pura ilusión. Esta semana
continuará los trabajos en Villa Domínico y a partir del lunes que viene
trabajarán en Luján. Sí, en la ciudad de la Basílica, donde los Pellegrinos de
la fe intentarán conseguir la puesta a punto física y futbolística.
Fuente Olé
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