Por Cristian
Fernández
Hace dos
meses que esa tarde fatídica del 15 de junio nos sacudió de por vida. Hace dos
meses que seguimos sin entender lo que estamos viviendo y lo que tenemos que
atravesar. Hace dos meses que no le encontramos explicación ni la vuelta a
tanto dolor. Pero hay que hacer un click, hay que exigirlo para comenzar a
escribir la historia de nuevo con la misma grandeza de siempre.
Y el
problema reside en todos lados. Sin dudas que tenemos una dirigencia
inoperante, ahora dividida con aves carroñeras girando a su alrededor, sin
ideas y con un nivel de amateurismo que preocupa en demasía y provoca esta
realidad.
En las
tribunas un hincha dañado, golpeado y renovado para mal. La exigencia se dejó
de lado. Hoy se aplaude a un defensor que no sabe darle la pelota a un
compañero, ni siquiera desde un lateral. Hoy vitoreamos a jugadores excéntricos
como Caicedo o elevamos con ovación a algún ignoto futbolista que muestra algún
que otro ribete de buen fútbol. Nos olvidamos de exigir.
El hincha se
acostumbró a ser protagonista y se puso delante de escena. Se enamoró de sí
mismo y comenzó a preocuparse por esa otra tabla, la que peleaban Boca y Racing
porque en otra perdían siempre. Sí, nos olvidamos de pedir títulos, total
“aunque ganes o pierdas no me importa una mierda, sigo siendo del Rojo porque
al Rojo lo quiero” y en eso se perdió terreno. El humo, la fiesta y el grito
bien fuerte pasaron a ser temas importantes en nuestras charlas deportivas. Nos
olvidamos de eso…del fútbol, de los triunfos, de las Copas. Obviamente que el
comentario generaliza… siempre hay los que mantienen las bases.
Así tuvimos
muchos entrenadores que nos endulzaron los oídos diciendo frases como “me voy
con bronca porque la gente se merecía otra cosa” o “no pudimos regalarle un
triunfo al hincha que cada día muestra más su apoyo”.
¿Y? No se ganan títulos
de esta forma. Al contrario, todos se han olvidado que ante todo está
Independiente. Esos colores de un equipo grande que cada día asiste a un
escupitajo más en su escudo.
Y, los dejé
para el final porque son los más grandes responsables de todo esto.
Sí, los
jugadores. Ellos son los que deciden adentro de la cancha, los que tienen que
interpretar la idea del entrenador, pero sobre
todo los que tienen que defender los colores del club. Ellos, todos. Los
que formaron parte de estos últimos tres años. Los que provocaron esta mierda
que sufrimos.
Muchos dirán
que es muy pronto hablar en este tono o pedir cambios gigantes ya que sólo van
dos fechas.
Lloverán ejemplos. La realidad, o por lo menos la mía, me dicta
otra cosa.
Exijo desde mi humilde lugar un cambio radical. No sé si es
necesario que se vaya Brindisi. Sí sé que es relevante que el plantel se
rebele. Dé muestras que tiene bronca acumulada.
Estos
jugadores deben, sin hacernos esperar más, llevarse por delante a Aldosivi.
Demostrarle a todo el mundo que Independiente es más grande que todos pese a
jugar este torneo de mierda y salir a romper todos los esquemas. Los rivales
tienen que tenerle miedo al Rojo. Tienen que pensar cómo hacer para sacarle un
punto. Tenemos que volver a hacernos respetar.
Somos
Independiente, Rey de Copas y Orgullo Nacional.
Siempre fuimos distintos.
¿Nunca te pusiste a pensar por qué nos decían amargos?
Siempre fue
incomprobable eso. Jamás tuvieron un motivo firme con el que poder lastimarnos.
Pensá: Títulos nacionales; internacionales; club modelo; cantidades asombrosas
de socios; estrellas mundiales y jugadores que quedaron en la retina de todos;
hitos; triunfos épicos, y mil cosas más.
Sin embargo
hoy nos contentamos con que nuestro DT y nuestro Capitán resalten que en la
segunda fecha de la B Nacional y tras haber sufrido en la primera la derrota
más aplastante de toda nuestra historia en el Libertadores de América, sumamos
un punto con 10 hombres en Corrientes ante un ignoto Boca Unidos.
Por favor.
En serio che. Déjense de joder.
Pongan los huevos sobre la mesa y saquen
adelante esta situación como hombres y respetando la historia del club.
Independiente tiene que salir a ganar en todos lados y romper con todo.
Esta
situación de letargo es infumable y, pido perdón por los exabruptos
conceptuales, pero los jugadores del Rojo tienen que mostrar rebeldía. Deben
salir a partir del sábado a entregar todo.
No pido
violencia para nada, exijo que no haya expulsiones. Exijo que se despierten de
esa siesta interminable y ganen como tienen que hacerlo y como manda nuestra
historia. Sean hombres y defiendan nuestros colores con sangre, fútbol, garra,
huevo y corazón.
Los aplausos llegarán cuando se los ganen.
Ascender es una
obligación, respetar las bases de la Institución es una exigencia.
Fuente Infierno
Rojo
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