Todos los extremos son malos
Por Cristian Fernández
El Rojo perdió con Boca casi exclusivamente en ambas
áreas. Hilario no fue Ustari y Farías no fue Silva. O sea, no hizo los goles y
los regaló en su arco. Sigue en caída, pero ya no es libre.
Ya en las primeras acciones se notó y eso que Ustari
tuvo dos salidas en falso, pero la gran distancia entre ambos equipos fue la
imprecisión en los últimos metros, donde se ganan los partidos, se logran los
campeonatos y se alcanzan los objetivos. Es que con el partido 1 a 0 y el gran
gol del Rojo, el delantero encargado de embocarla definió desbordado por los
nervios y los fantasmas que lo acechan.
Fue así que el Tecla enfrentó a Ustari, tras un centro
bárbaro desde la izquierda, en lugar de pararla y definir tranquilo, le pegó de
primera dudando en colocarla o reventarle la red al uno Xeneize.
El resultado obviamente fue un remate que se fue largo
por el segundo palo y que esfumó toda chance de ampliar el tanteador.
Lo mismo ocurrió con Rosales. Ya el encuentro estaba
igualado en uno. Otro desborde terrible de Osmar Ferreyra, apuntado por todos
como uno de los mejores del equipo, cayó en la cabeza del número 20 del Rojo.
El ex Unión en lugar de pararla de pecho, también
definió de primera pero su cabezazo se fue ancho. Ustari estaba a merced de lo
que haga el volante.
Así las cosas, Independiente perdonaba. Un tiro libre
de Leguizamón mal ejecutado y un par más. Sí, es verdad, Boca tuvo en el
comienzo las dos de Sánchez Miño. Pero Silva tuvo una en todo el partido y a
cobrar. Su testazo fue rotundo e inalcanzable para Hilario.
Justamente, la otra parte de estas palabras van
dedicadas al arquero de Independiente.
Nadie duda de sus cualidades ni nos olvidamos de lo bien que defendió
esta camiseta, aunque su nivel actual es muy bajo. No da seguridad. No gana en
su área. No es salida con los pies ni en formato de contragolpe. Lo único que
sigue manteniendo es el mano a mano y hasta ahí no más.
Ante Quilmes Jacobo Mansilla le pegó a centímetros del
área grande y su zurdazo se metió por debajo del cuerpo de Hilario.
Hoy en la Bombonera no ofreció resistencia alguna ante
el remate de Sánchez Miño.
Es más, el volante de Boca fuerte pero sin mucha
dirección y ante esto el arquero correntino se tiró sin convicción y la tuvo
que ir a buscar adentro. No cubrió su palo y tampoco usó sus manos. Su mejor
intervención fue ante un cabezazo bombeado de Viatri.
Sí Tolo. Tanto Hilario como Farías están atravesando
los peores momentos desde que llegaron al Rojo y a las lesiones habrá que
sumarle estas preocupaciones.
Todo es más cuesta arriba.
Fuente Infierno Rojo
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