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lunes, 17 de septiembre de 2012

El día en que Gallego entendió la dura realidad



En apenas tres días el Tolo pasó de decir "Ni mamado me voy al descenso con este plantel" a "Hay que empezar a sumar"; el DT está preocupado por el ánimo del grupo.


Por Juan Manuel Raimundo

         
  El Tolo Gallego, en la Bombonera | Fernando Massobrio - LA NACION




Cómo si se tratase de un golpe más profundo que una derrota , Independiente, o para ser más exactos, su entrenador, Américo Gallego, que tenía una estrategia de rehuir al tema del descenso, no tuvo más remedio que aceptar la realidad.

Esa posición rígida en la que las dificultades con el promedio no iban a formar parte de su diccionario, ayer para el DT cambió radicalmente.

En la Bombonera no le quedó más alternativa que empezar a reconocer las urgencias y las limitaciones para emerger de una zona donde el aire es denso y no es tan sencillo respirar.

"Ni mamado me voy al descenso con este plantel", había dicho desafiante el Tolo, en la conferencia de prensa del viernes pasado. De esa tónica en la que la amenaza de perder la categoría no lo preocupaba pasó, en apenas un par de días, a construir un mensaje más cauteloso y sincero: 

"Estamos cada vez más abajo sin resultados. Si éste era un partido para ganarlo y había presión, lo que va a ser contra All Boys... Hay que empezar a sacar puntos".

No es fácil la empresa que tienen por delante los Rojos. Los números lo atormentan. La calculadora no tiene respiro y Boca se encargó de ponerle un pie más sobre la cabeza. Es que mira la tabla del descenso, está en el último escalón y ese 1,120 de promedio no le permite ver con claridad el contexto.

Por eso el discurso del técnico es tan ambiguo y hasta contradictorio: "No me voy contento. Le jugamos de igual a igual a Boca, uno de lo mejores. Con jugadores trabajando hace tres años, con buen recambio. Independiente hizo lo suyo pero cuando nos equivocamos, la sacamos del medio. Vamos a pelear, los cambios fueron para mejorar. Y ni qué hablar de los lesionados que tenemos. Cinco amarillas Morel, Tula no va a estar en la próxima fecha. Es hora de que empiece a poner a algunos de los chicos que piden cancha. Y trabajar, como siempre".

Está claro que para Independiente la lucha será muy intensa. Acumula frustraciones y las estadísticas se encargan de darle cachetazo tras cachetazo. Necesita imperiosamente sumar de a tres, no sólo para engrosar sus números, sino para salir del pozo en el que cayó y que muestra que ayer igualó su peor racha negativa sin triunfos, tras encadenar 14 partidos sin éxitos en torneos locales.

El registro anterior sin victorias fue en el Clausura 2002, cuando sumó 6 empates y 8 derrotas.

Casualmente, en el arranque del Apertura 2002, con Gallego como DT se cortó la sequía, cuando venció a Lanús (2-0), lo que sirvió como el primer escalón para la última consagración de los Rojos en el fútbol doméstico.

Sabe el técnico de Independiente que la caída de ayer en la Bombonera es un duro traspié del que no será sencillo reponerse.

Incluso, perdió a uno de sus hombres en la defensa: Cristian Tula, que se retiró lesionado (con un desgarro en el isquiotibial izquierdo).

Más allá de esos contratiempos, Gallego intentó buscar un costado positivo y fue crítico en el análisis del juego: "Hay un crecimiento en algunos jugadores, como Ferreyra y Battión. Vamos a trabajar en esta semana, tuvimos problemas en los laterales con Silva y Viatri, que cubren bien la pelota. Perdimos por errores que cometimos. No tuvimos posibilidades, más allá de las del primer tiempo del Tecla, Rosales de cabeza y una de Leguizamón que tapó Ustari. Es muy difícil el momento, no quiero hablar con los jugadores porque están caídos. Empieza una semana dura".

Es tan complejo el momento, que ese exultante Gallego que suele mostrarse, el que desembarcó en Avellaneda con el pecho hinchado, ayer, en la Bombonera, apenas si pudo ajustar un discurso que tuviera una gota de calma ante tanta tensión: "No pudimos sumar cuando otros equipos pierden. Y la verdad es que vemos la tabla... Pero bueno, falta mucho todavía. Me preocupa lo anímico, algunos jugadores se caen. Hay que ser un grupo, cuidarse entre todos. Hicimos un análisis del primer tiempo y prometimos una cosa, pasarlos por arriba y presionar en el segundo, y nos hacen un gol al minuto... No hay mago para eso".

Y está claro que el Tolo Gallego no parece encontrar ni la pócima ni el artilugio necesarios para torcer el rumbo de un Independiente que se hunde en los promedios. 



Fuente Cancha llena

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