Escrito por Cristian Fernández
Luego de un mes de negociaciones, de ilusiones, de idas y
vueltas, de manoseo y mucho “vedetismo”, el volante ex Belgrano y Huracán no
será refuerzo del Club Atlético Independiente.
Para cualquier simpatizante de un equipo de fútbol el amor
por su institución y sus colores está por encima de cualquier cosa, llámese
jugador, dirigente o lo que fuera. Para un hincha de Independiente esto se
incrementa aún más, por el ego de pertenecer a la élite de los Grandes, por
saberse Rey de Copas y Orgullo Nacional.
Sin embargo, las pobres administraciones, los chantas, los
dirigentes estafadores y los mercenarios llevaron a nuestra querida institución
a un pozo difícil, pero no imposible, de sortear. Debido a esto, hoy, la
situación es distinta y si bien el nombre Independiente sigue seduciendo y
regalando prestigio, también genera dudas e incertidumbres.
Con Javier Cantero a la cabeza, esta nueva dirigencia está
intentando resurgir y revertir este momento. Porque estoy convencido que será
sólo eso, un momento. Con gente idónea y honesta, con mucho trabajo y apoyo se
logrará dar vuelta todo lo nefasto que se hizo en los últimos años.
Esta introducción sirve para explicar el porqué de las
declaraciones de Cristian Díaz del miércoles (mostrando su enfado), la bronca
en los hinchas y en los propios dirigentes. Todo en referencia al caso Mario
Bolatti.
La cuestión económica insalvable para Independiente tenía
que ver con el sueldo asombroso que el jugador percibe en Brasil. Tal es así que
para Bolatti es mejor cobrar ese dinero y no jugar, evidentemente. Este jueves
tras casi un mes de negociación los dirigentes del Rojo se hartaron y
decidieron cortar las tratativas. El ex Belgrano seguirá su destino pero no en
Avellaneda.
Ahora bien. ¿Por qué semejante introducción para explicar
simplemente que Bolatti no viene? Se estará preguntando el lector. La misma se
debe a que a este humilde redactor sólo le cabe la posibilidad de que no viene
a jugar a Independiente por el dinero.
Recordemos los pasos de Bolatti: Debutó en Belgrano de
Córdoba jugando en la B Nacional. Logró el ascenso y unos años más tarde
descendió con la misma institución. Tuvo un paso fugaz por el Porto y por la
Fiorentina. En ninguno de los dos dejó su huella. Fue cedido a préstamo a un
Huracán que tenía que salvarse del descenso y formó parte de uno de los mejores
equipos conducidos por Cappa. Quizás su nota más alta en su currículum.
Ante este panorama, Bolatti demuestra claramente que si bien
es un jugador que hubiese logrado marcar la diferencia en el mediocampo del
Rojo, tampoco es un salvador. O sea, entendamos que Messi hay uno solo, que
Ronaldo juega en el Madrid y que el Kun tiene cuatro años más para volver y no
fallar a su promesa.
Era evidente que el ex Huracán no tenía ganas de venir. Da
bronca, como dice Cristian Díaz, que jueguen con el nombre de Independiente
(como el caso del uruguayo Pintos). Da prestigio que sigamos siendo seductores,
aunque sea para los representantes. Da orgullo demostrar que somos grandes y
que si Bolatti no viene no hay drama, porque por sobre todas las cosas está el
Club Atlético Independiente.
Ojo, tampoco hay que ser hipócritas. Es un gran jugador que
por algo es tan amado en los hinchas de Internacional de Brasil y codiciado por
varios equipos. Nos hubiese dado un salto de calidad en el mediocampo, mas no
debería haberle faltado al respeto como lo hizo con nuestra querida
institución. Recordemos esto, aprendamos y busquemos gente que entienda lo que
es formar parte del Rojo. Del Orgullo Nacional. Chau Bolatti.
Fuente Infierno Rojo
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