Por César Luis Menotti PARA LA NACION
Terminaron los Juegos Olímpicos, comenzaron las principales
Ligas del mundo y llega ahora el momento de ver rostros nuevos en la conducción
de varias de las selecciones más importantes del concierto internacional, como
lo son Argentina, Brasil y España.
En el caso argentino, sin embargo, estamos ante un nuevo
entrenador que llega en un contexto caótico, de una crisis terrible. Que lleva
ya varios años, pero que se viene profundizado cada vez más. Se vio en los
Juegos, con un entrenador interino como Olarticoechea que sale a dirigir sin
haber tenido ninguna posibilidad de elegir a sus jugadores. Es la crónica de
una muerte anunciada: esto tenía que explotar y por suerte explotó ahora.
A pesar del desorden, el fútbol argentino todavía se
sostiene por sus futbolistas, que siguen llegado a instancias finales de
campeonatos del mundo y América. En este contexto llega Edgardo Bauza, un
entrenador que con dos días de entrenamiento debe salir a disputar un partido
por la clasificación al Mundial con Uruguay. En tan poco tiempo evidentemente
no puede cambiar todo lo que tenía. Sostuvo el grupo que estaba y me parece que
hizo lo correcto. Tuve la posibilidad de reunirme con él la semana pasada. Y si
bien la conversación queda entre nosotros, coincidimos en la catastrófica
situación del fútbol argentino, al menos hasta la llegada del Comité de
Regularización. Además es rosarino, como yo. Recuerdo que lo cité alguna vez
para la selección. Yo estaba buscando un reemplazante de Passarella y Bauza era
un defensor que tenía mucha potencia, personalidad y hacía muchos goles. Espero
que le vaya bien.
Va a tener la suerte de contar con un jugador diferente a
todos: Messi. En ningún momento le di validez a esa renuncia que anunció apenas
terminada la final de la Copa América. Fue una reacción ligada a un estado de
ánimo. Por supuesto que él quiere jugar en la selección. El problema será ahora
encontrarle el lugar en el equipo. No podemos esperar que haga siempre el gol
que nos salve. Su función debe ser ayudar a que el equipo juegue bien. Y ahí
aparecerán solos los goles o las asistencias.
También veremos en estas eliminatorias a un Brasil que llega
con un nuevo técnico como Tite. El equipo viene de vivir una alegría al ganar
los Juegos Olímpicos, pero no creo que se haya quitado ningún peso de encima
con ello. Las eliminatorias son algo muy diferente a los Juegos, donde se
encontraron con un equipo alemán que, si bien jugó por momentos mejor que
Brasil, no era la verdadera selección. Brasil viene jugando muy mal hace rato,
pero uno no puede imaginarse que no se vaya a clasificar. Tendrá igual una dura
prueba ante Ecuador.
También en Europa vemos novedades, en particular con la
llegada de Lopetegui a España. Es probable que haya una necesidad de recambio
en el seleccionado español, que ya no cuenta con esa gran base de jugadores del
Barcelona. Pero puede armar una buena selección si se sostiene el salto de
calidad que le dan los grandes jugadores. Y España tiene tres enormes
futbolistas, que son Piqué, Iniesta y Busquets. Además, hay muchos jugadores
jóvenes que han aparecido ahora en el Real Madrid. Uno ve en España una
continuidad de la idea, algo con lo que no contamos acá en América del Sur.
Fuente Cancha Llena
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