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jueves, 29 de septiembre de 2016

Sangran los ojos




Por Federico Giovetti

Independiente jugó un pésimo partido y quedó eliminado de la Copa Sudamericana. Un objetivo más que se esfuma. Mínimo hasta mediados de 2017 sin competencia internacional y sólo dedicándonos al torneo. Duele en el alma.

Cero fútbol. Poca elaboración. Dudosa la entrega de algunos jugadores. Porque el Rojo debió haber perdido en los noventa minutos ante un rival que supo manejar sus limitaciones. Dos veces los palos evitaron que la valla de Campaña sea vencida. Sobre todo en el segundo tiempo, el equipo del Gaby se desesperó, atacó mal y defendió peor. Muy poco para pretender pelear por una copa.

En nombres, Independiente era más que los brasileños. En la cancha no lo pudo plasmar. En ninguno de los dos partidos. A Toledo le costó contener a Tiaguinho. El “Cebolla” Rodríguez (a mi entender, mal físicamente) no fue el motor que necesitábamos. Estuvo desaparecido. Lo mismo Rigoni. Sin ganas, desconocido, cien por ciento impreciso. Si bien sólo jugó dos partidos y es prematuro calificarlo, la cantidad pagada por Meza parece excesiva. Ortiz es prácticamente incalificable. Fue un fantasma en la cancha. La defensa dudó en varias ocasiones, más precisamente en las pelotas paradas.

Sólo se salvó Martín Campaña, que atajó dos penales y sus compañeros no lo pudieron aprovechar. Danilo atajó cuatro penales tirándose a su lado derecho. ¡Cuatro! Luego de errar dos ¿nadie le dijo a los jugadores que no sigan pateando a ese costado? Porque fue increíble con el nerviosismo que ejecutaron los de Independiente.

Igualmente, el problema fue futbolístico. Chapecoense jugó a lo que sabía. El Diablo no. 180 minutos sin poder convertir un gol, generando pocas situaciones, no es digno. Fue decepcionante. Duele en el alma. Sangran los ojos.


Fuente El Gran Campeón

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