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domingo, 25 de septiembre de 2016

Independiente, sin pegada, no puede sumar de a tres puntos



Tercer empate en una semana del equipo de Milito, que no consigue llevar al marcador su vocación ofensiva y algunos momentos de buen juego; ahora, a Brasil por la Sudamericana

Por Jonathan Wiktor

 Luna, autor del gol de Tigre, lucha por la pelota con Barco. Foto: M. Alfieri

Gabriel Milito ya no sabía cómo aliviar sus nervios. En un intento por tratar de mantener la calma respiró profundo, hastiado, como si en ese gesto pudiera descargar su bronca. La última jugada del partido acababa de desperdiciarse y el entrenador de Independiente, sin poder entender cómo sus jugadores habían fallado tantas oportunidades, dedujo que no había más tiempo: su equipo, tras un primer tiempo para el olvido y un segundo de buen nivel, volvió a empatar, ya por tercera vez consecutiva.

El primer tiempo de Independiente, que anoche tuvo dos caras, fue tan opaco que resultó cuanto menos inmerecido que encontrara el empate en la última jugada de ese período. Tigre, que a fuerza de pases al vacío y corridas había logrado desconectar el endeble sistema defensivo de su rival, pegó primero, a los 17 minutos, cuando había hecho los méritos necesarios como para abrir fuego. Carlos Luna aprovechó un centro exigido de Sebastián Rincón y sacudió la estructura de Independiente, que necesitó de ese golpe para entrar en el ritmo del partido.

Como ocurrió en otros encuentros, los Rojos se llevaron durante esa primera parte un premio que no se reflejaba en el rendimiento. Más allá de que luego del gol de Luna, cuando Tigre se desarmó y el local tuvo sus primeros raptos de juego, un centro de Maxi Meza -debutó de titular como local- pegó en el palo y pudo haberse metido, Independiente, durante esa primera etapa, se vio sobrepasado por los arranques de Rincón y los recortes de izquierda a derecha de Lucas Janson. Sólo en la última de ese período -y de penal- el local encontraría el empate en los pies de Víctor Cuesta.

Esa oportuna igualdad fue el combustible que usó Independiente para dominar a Tigre durante el complemento. Mucho más preciso, como si se hubiera dado cuenta de que el triunfo no estaba tan lejos, el equipo de Milito empezó a funcionar. Se impuso en cada metro del terreno, mientras Tigre, que aun amenazaba de contraataque pero ya sin tanto peligro, empezaba a ver en el empate un motivo de satisfacción.

Hubo, a mediados del segundo tiempo, un largo y profundo pasaje en el que Independiente tuvo a merced a Tigre, que ya no sabía cómo responder. Ciego, sin poder escapar de su zona, la visita quedó a punto de caer. Se sostuvo en pie por la impericia de los atacantes del Rojo, que no pudieron aprovechar ninguna de las oportunidades que generaron en la última parte, hasta el último minuto, momento en el que Milito respiró profundo para tratar de encontrar un poco de calma.

Independiente, de esta manera, sumó su tercer empate consecutivo y se prepara para viajar a Brasil, donde el miércoles jugará el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana, ante Chapecoense.


Fuente Cancha Llena

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