A pesar de los recaudos de última, el piso estaba mal.
Venía mal la cancha y se agravó al ser usada el sábado
por una iglesia en un acto muy concurrido.
El campo de juego de Independiente pareció un potrero con
sectores donde la pelota iba a los saltitos, por alteraciones del piso; también
por lo raleado del césped y el arenado a la vista que sobresalía en otros.
Ya venía mal antes de la tarde-noche de anteayer cuando
fue utilizada en alquiler por un encuentro de carácter religioso organizado por
una iglesia de los mormones. La estructura en donde se montó el escenario, y la
concurrencia que la transitó agravaron la situación. Es que ya estaba afectada
por las últimas lluvias y las dificultades que surgieron subterráneamente en la
fecha que el Rojo no pudo jugar ante Vélez. Y recién ayer por la mañana se
terminó de desmantelar el andamiaje.
¿Por qué la alquiló Independiente?
Además del ingreso económico, tan necesario, todo se le
complicó con la reprogramación: en principio, no iba a haber fútbol por las
Eliminatorias del Mundial, pero se fijó fecha FIFA y AFA decidió que se jugase.
El Rojo pidió que fuera el lunes pero sólo logró que lo
pasaran de las 14 de ayer a las 18.15.
No dio tiempo para nada.
Fuente Olé
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