Dilemas. Julio Falconi consiguió algo de calma tras la
eliminación en la Sudamericana. Pero Boca no juega bien.
Por Julio Marini
Los técnicos no juegan, es cierto. Pero, ¡cuánto influyen
en el juego de sus equipos, por favor! Habrá que cambiar esa máxima del fútbol
que definía que los DT son apenas el treinta por ciento en el ciento por ciento
que representa la expresión futbolística de sus equipos.
Ya todo cambió tanto en el juego del fútbol que los
técnicos son capaces de hacer todo complicado por no tomar riesgos, por hacer
todo lo contrario de lo que sienten por no afrontar los costos de sus
decisiones. Son capaces de pagar precios exagerados por miedos y por resignar
convicciones.
Por eso decíamos que los técnicos no juegan, pero vayan
si influyen en el juego de sus equipos.
Por ejemplo, la llegada de Américo Gallego le dio una
inyección de optimismo y de esperanza a todo Independiente (a los futbolistas y
al público, por supuesto). Se vio en la revancha copera contra Boca. Un equipo
motivado, controlado desde un palco por el nuevo DT, dejó todo en el campo y si
bien en lo futbolístico quedó en deuda, eliminó nada menos que a Boca,
netamente superior en los dos encuentros, pero realmente impotente para
resolver el problema futbolístico que le quedó como crónico desde que dejó de
jugar Riquelme.
Pero Independiente, ya con Gallego sentado al costado,
fue una gran confusión futbolística en Mendoza, donde arrancó ganando y terminó
perdiendo, aunque lo peor de todo es que estuvo 90 minutos dentro de un partido
en el que nunca jugó. ¿Juega o no juega Gallego?
Saltando de banco, Boca tiene a un entrenador que ya sabe
lo que es salir campeón en ese club (y con 12 puntos de ventaja). Pero también
sabe Julio Falcioni lo que es perder un torneo local que lo tenía puntero cerca
del final, sabe lo que es perder una final de América con más plantel y mejor
equipo que Corinthians. Y de yapa sabe lo que es quedar eliminado en primera
fase de la Sudamericana. ¿Cuales son sus respuestas? Las retóricas vacías (“nos
eliminaron, no perdimos contra Independiente”) y las específicas de su tarea.
Por ejemplo, dar vuelta un equipo (ante Rafaela) para que entre Erviti, poniendo
al estupendo volante que es Sánchez Miño como marcador de punta, dejando doble
nueve cuando claramente uno no funciona (Silva), y no aprovechando la calidad y
frescura que ya muestra ese chico Paredes. ¿Juega o no Falcioni?
Y si seguimos saltando de banco podemos caer en Santa Fe.
Ahí fue River con un equipo que sorprendió. Almeyda dio vuelta todo cuando
parecía que su formación base apenas necesitaba algún retoque y sí más
convicción para jugar en lugar de disposición para correr. Pero el DT de River
quería un equipo rápido (supuestamente, por eso dejó ir a Cavenaghi y a
Domínguez, según sus propias palabras). River de rápido se convirtió en
embarullado. ¿Juega o no juega Almeyda?
Y el que podía ser único puntero, Colón, que por un
espasmo de ataque propio y un error de River se puso 1-0, pero nunca fue a
buscar el partido y jugó de contra, pero muy larga. ¿Juega o no juega Sensini?
Todos juegan... Un juego confuso que de fútbol no tiene
nada.
Fuente Clarín
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