Por Nelson Laffitte
Diego Vera estuvo muy participativo en el primer tiempo ante
Temperley pero malogró claras situaciones del gol que podrían haberle dado la
ventaja al Rojo. El delantero entró más en contacto con la pelota, dejando a
Germán Denis como referencia en el área.
Esta vez se animó a salir con mayor soltura, porque tenía un
compañero a quien asistir. Vera hizo el trabajo que siempre se le valora, pero
esta vez con mayor sentido, porque no quedó el área desguarnecida. Tal es así
que una de las acciones más claras del primer tiempo nació a partir de una
buena diagonal suya, que terminó en centro atrás y Denis no pudo convertir en
gol.
Sin embargo, el uruguayo desperdició cinco chances claras
para abrir el marcador. A los seis minutos un cabezazo al lado del palo, tras
un córner de Maximiliano Meza y luego el rebote del tiro libre de Emiliano
Rigoni que se fue por arriba del travesaño. Quizás la más importante llegó a
los 30 minutos de la primera etapa, cuando Víctor Cuesta gana en defensa, se
proyecta y lanza un centro para que Vera, sólo en el área chica, despilfarre.
Con buenos movimientos para asistir y también para quedar en
posición de gol, al atacante se la achaca la falta de definición y efectividad.
Sobre el final, en el minuto 44 del segundo tiempo, recibió otro pase de Meza,
giró con una técnica perfecta y su remate terminó en las manos de Matías
Ibáñez.
Mucha garra e inteligencia para sumarse al circuito de
juego, pero impericia a la hora de culminar las jugadas. El Rojo necesita más
eficacia de su goleador.
Fuente Infierno Rojo
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