Yamil, en el
alambrado
Gustavo
Grabia
Que durante
cinco minutos y arrojadas desde la calle llovieran piedras como pajaritos sobre
la tribuna de Arsenal, habla de la ineficiencia por incapacidad u otras yerbas
del operativo que se montó en el Viaducto, justo en un encuentro de alto riesgo
por la guerra que la barra del Rojo le declaró a su dirigencia, pero también
por la enemistad manifiesta entre los violentos de Independiente y los de
Arsenal, cuya barra es dirigida por el Negro Uriel, hermano de Tongas, hombre
clave en la barra de Racing.
Pero a eso
hay que sumarle el colador que fue el derecho de admisión: aunque había que ir
con DNI, César Loquillo Rodríguez, cara conocida si las hay por el Coprosede,
pasó sin dramas. Y sólo se aplicó para tres barras, cuando Olé mostró no menos
de diez en su edición del viernes. De hecho uno de ellos, Yamil, terminó
provocando a la gente de Arsenal, saltando sólo en el pulmón de tribuna, con la
Policía ayudándolo a volver a su sector. Inconcebible.
Fuente Olé
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