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Debora D’amato ddamato@ole.com.ar
Los hinchas de Independiente le dijeron basta a los
violentos hace rato.
De hecho, el primer episodio que marcó la clara diferencia
entre el hincha genuino y los barras fue en septiembre del año pasado, cuando
Independiente jugaba el partido postergado de la primera fecha contra San
Martín de San Juan (tras la renuncia de Antonio Mohamed, justamente acusando a
los violentos por su paso al costado).
La gente se manifestó abiertamente en contra de la barra
brava y sostuvo esa postura hasta hoy.
No se la banca más y lo hizo saber cada vez que pudo.
De hecho, fue punto fundamental de apoyo a Javier Cantero en
las urnas, entre otras cosas, por supuesto.
No lo dejaron solo ni lo harán: quedó demostrado que
lucharán, contra viento y marea, para erradicar del club a estos personajes
nefastos que tanto daño le hacen al fútbol y a la sociedad en general.
Lo que sucedió ayer en la sede denota la impunidad absoluta
a la que estos violentos están acostumbrados y el hincha de Independiente, el
genuino, el que quiere al club, no come vidrio: no los quiere más.
Por eso caminarán con Cantero -o con quien encabece esta
lucha- a la par y no lo dejarán solo en esta iniciativa.
Fuente Ole
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