Por Cristian Fernández
Jorge Ortiz debutó con la casaca de Independiente y
demostró. Fue al que le tocó hacer el trabajo sucio en la mitad de la cancha.
Relevó bien las espaldas de sus compañeros y tuvo mucha movilidad.
Claramente es un cinco metedor. Corre a todos, cubre a sus
compañeros y su entrega, por lo menos en este primer encuentro, fue mayúscula.
Es más, su trabajo le permitió a Jesús Méndez soltarse un poco más y entrar en
el circuito de juego. Algo muy importante para el primer pase en ataque que
siempre requiere el equipo.
Además de su entrega, el Marciano demostró tener
personalidad para hacerse cargo de la pelota parada. Aunque en uno de sus
remates la pelota se fue muy desviada.
En cuanto al juego hay que mencionar que si bien no
participó mucho en el circuito de juego, algo en lo que se centró Méndez, sí se
lo vio acompañando a su compañero de mediocampo. Se complementaron muy bien y,
hasta en algún pasaje del partido, Ortiz se permitió subir e intentar
desbordar. Se lo vio correcto y con criterio. Buen debut en un puesto en el que
el Rojo extraña mucho a Diego Rodríguez Berrini.
Fuerte Infierno Rojo
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