Por Cristian Fernández
Un Independiente que sufrió por su falta de contundencia
igualó 1-1 en su visita a Banfield. El Rojo jugó mejor y contó con las mejores
chances pero el error grave fue en los primeros minutos del complemento en el
que el equipo se metió muy atrás y le permitió el empate al local. Pisano fue
el autor de un golazo que sólo sirvió para una igualdad.
El primer tiempo fue como se esperaba. Un mediocampo de
exclusiva transición, mucho juego de pelota al ras del piso. Abundante gente en
ataque y dinámica en los últimos metros. Y, dentro de este panorama, el que más
profundidad tuvo fue Independiente. Contó con los mejores espacios y las
mejores situaciones. Banfield, por su lado, manejó la tenencia de la pelota,
pero no logró lastimar dentro del área.
Así fue que desde el arranque Independiente tuvo chances.
Primero Francisco Pizzini a los 2 minutos, más tarde fue Lucas Albertengo los
que no tuvieron precisión para abrir el marcador. Algo que llegó a los 14
minutos.
En la zona de volantes cortó Federico Mancuello, sin falta.
Tocó para Pisano, que abrió para Pizzini. Dominó y se la devolvió al Enano que
encaró, se sacó de encima a un rival y ante la salida de Pellegrino la picó
para el 1-0. La definición fue exquisita y sirvió para la apertura del marcador
y para que el enganche levantara su nivel.
Tras el gol, Banfield intentó y logró por momentos manejar
la pelota, aunque sin profundidad. Mientras tanto Independiente gozaba de
espacios y de un sinfín de situaciones que nunca aprovechó. Tanto Albertengo,
como Pizzini y Mancuello tuvieron su posibilidad y fallaron. Rápidamente, se
puede puntualizar que Victorino también remató, que Cuesta tuvo un cabezazo
claro que tiró por arriba, que Benítez le dio desde afuera y hasta los dos
laterales probaron.
Sin embargo, Independiente se fue al descanso ganando sólo
1-0. Y, a la salida para el complemento, Jorge Almirón decidió acompañar en el
mediocampo a Jesús Méndez que, incluso, estaba amonestado. Hizo ingresar a
Franco Bellocq por Martín Benítez, el más flojo de los de arriba. Y, al final
el cambio le jugó en contra.
Si bien Mancuello se soltó más y Pisano también, el Rojo de
a poco fue metiéndose atrás. Claro que no dejó de perderse goles. Y como dice
el dicho, los que no hacés los sufrís en tu arco y así fue. Tiro de esquina
para Banfeld, una serie de rebotes y Bellocq que manda la pelota adentro de su
propio arco.
Increíblemente Independiente se veía empatando ante un rival
que venía buscando crecer, pero que en defensa dejaba muchos huecos y permitía
todo. Incluso, una jugada bárbara de Méndez al que nunca le salieron, que
derivó en un pase gol para Mancuello. El Capitán se sacó de encima al arquero,
pero llegó exigido para definir y se perdió otra chance clave.
Al Rojo le costó el gol de Banfield, pero de a poco volvió a
resurgir, sobre todo desde los pies de Matías Pisano que estuvo a nada de ganar
el partido. Tomó la pelota, encaró, se metió en el área y sacó un zurdazo
bárbaro con destino de gol, pero se cruzó el poste y en lugar de entrar salió.
En el rebote, el que salvó al Taladro fue su arquero.
A medida que pasaban los minutos el partido estaba para
cualquiera. Banfield lo pudo haber ganado, y el Rojo también. Pero no fue para
ninguno de los dos y el empate pareció sentarle mejor al local. Independiente
sufrió su falta de gol y de precisión en los últimos metros. Así, sin
convertir, la realidad del conjunto de Almirón seguirá chocando con las
críticas y la carencia total de alegrías.
Fuente Infierno Rojo
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