Con los 8 puntos de los cuatro partidos de De Felippe, salió
del descenso y ya hace cálculos mirando al pelotón de arriba. Se puso a cuatro
de los que comparten el tercer puesto: Sarmiento, Crucero del Norte y Atlético
Tucumán.
Con el desembarco de Omar De Felippe, Independiente encontró
algo de paz en su espinoso camino por la Primera B Nacional.
Aún muy lejos de un meridiano ideal, la marcha del equipo
detuvo la hemorragia que lo desangraba en el fondo de la tabla; y lo hizo
gracias a cinco factores que se transformaron en escalones que le permitieron
sacar la cabeza a la superficie y empezar a mirar un panorama diferente. A
saber:
1) Cerró el arco. Sólo recibió un gol en los cuatro partidos
que disputó (y fue como consecuencia de un error individual en el partido ante
Banfield). El detalle estadístico no significa que Independiente haya
solucionado sus problemas defensivos (ni mucho menos) pero le otorgó un margen
muy valioso para transformar a los que antes eran empates en victorias, y a los
que eran derrotas en empates.
2) Incrementó la cosecha. Desde su andar invicto el equipo
logró sumar 8 de los 12 puntos que disputó, producto de sus dos primeras
victorias después de mucho tiempo (no ganaba desde la 14ª fecha del torneo
Final de Primera División, ante San Martín de San Juan). Frente a dos de los rivales
que se estima pelearán arriba (Huracán y Banfield) obtuvo 4 unidades.
3) Más lucidez ofensiva. Con la confirmación de Matías
Pisano como titular, el circuito Montenegro-Martín Zapata encontró un socio con
mucha frescura que favoreció el desequilibrio en la zona ofensiva. Los goles
contra Banfield y San Carlos surgieron de los pies de Pisano y los definió
Montenegro (uno se lo birló Cáceres).
4) Mayor orden táctico. También está lejos de la idea
central que pretende el entrenador, pero ha conseguido un progreso marcado en
cuanto a la posesión del balón y el dominio territorial. Cuida más la pelota y
disminuyó los errores no forzados. De esta manera, redujo considerablemente
réplicas que encuentran a la defensa mal parada y tiros libres en contra desde lugares
cercanos al área propia. En este rubro el técnico también es claro en su
mensaje acerca de las características de cada rival.
5) Crecimiento de confianza. Con los pocos goles en contra y
los puntos, se advirtió un aumento de la reserva anímica de un plantel que
salía a la cancha derrotado. Ese detalle le permite moldear la paciencia que
antes no tenía para plantear los partidos a un ritmo diferente y extraído de la
ansiedad que, especialmente en condición de local, siempre le jugó en contra.
Ahora maneja más los tiempos y apuesta a no desesperarse.
Fuente Diario Popular
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