Material enviado por la Diablaza Alicia
12/09/11
DÃaz llegó a un acuerdo de palabra y será el nuevo DT de
Independiente. Ayer, el equipo volvió a ser una sombra y perdió sin atenuantes
ante Belgrano en Córdoba.
Por Fernando Gourovich
La primera fiesta grande de Belgrano, después de mandarlo al
descenso a River, fue impecable, soñada.
Porque consiguió el primer triunfo en esta provincia desde
su vuelta a la A. Porque se escapó, aunque sea momentáneamente, de la
Promoción. Porque logró vencer a este Independiente, que espera recuperar paz y
esa identidad perdida con la llegada de Ramón DÃaz, después de 19 años (y 17
partidos). Y porque, como no sucedÃa desde hace muchÃsimo tiempo, una multitud
deliró con los goles de César Pereyra, el verdugo de los grandes, aplaudió a
rabiar el sacrificio y la claridad de César Mansanelli, y festejó ilimitadamente
cada lujo de Franco Vázquez.
¿Belgrano es el nuevo Barcelona del Barrio Alberdi? No, de
ninguna manera. Pese a que unos cuantos hinchas se fueron del Mario Alberto
Kempes haciendo esa comparación , la realidad, la verdadera realidad, hay que
buscarla enfrente, en el rival. Sin sacarle méritos a la actuación del equipo
de Zielinski, a este Independiente se le anima cualquiera . Y le va bien. El
equipo viene deshilachándose en los últimos tiempos, adentro y afuera de la
cancha.
No entrega respuestas de ninguna Ãndole, ni futbolÃsticas,
ni fÃsicas y ni que hablar del aspecto emocional. Esas respuestas,
precisamente, el riojano deberá encontrarlas en lo inmediato, ya.
Está vacÃo el Independiente que hereda Ramón.
Por donde se lo mire. Ayer arrancó como suele hacerlo:
prolijo, intentando tener la pelota, pero demasiado previsible, sin cambio de
ritmo. Los de los costados no pasan al ataque y Marco Pérez queda en soledad
allá arriba. Encima, las pocas que tiene el colombiano las desperdicia. Belgrano
captó rápidamente la idea del conjunto visitante. Entonces, ¿qué propuso?
Apretar la salida y buscar el error de los defensores.
Asà fue como en la primera parte logró generar peligro.
Mansanelli fue una pesadilla por la banda derecha. Silvera,
aplaudido por los visitantes (¿qué pensarán los dirigentes que lo dejaron ir?),
le daba presencia en el área. Y RodrÃguez era el equilibro justo en el medio.
Sólo faltaba la aparición del distinto.
Y apareció a los 38: desacomodó a la defensa con un pase
quirúrgico para Juan Quiroga. El lateral izquierdo sacó un centro rasante,
fuerte y cruzado, que llegó a la red después de que Pereyra la empujará con el
botÃn derecho.
En el arranque del segundo tiempo llegó el golpe de nocaut.
La jugada no fue hilvanada o producida. Fue bien simple.
Pelotazo largo de Olave (sÃ, del arquero, algo parecido le habÃa pasado en
Porto Alegre ante Inter), Silvera la peinó (le ganó en el salto una vez más a
Milito) y la pelota le quedó servida a Pereyra. El Picante le entró mal, pero igual
vulneró a Assmann.
Ese gol generó cosas en un lado y en el otro. Belgrano
retrocedió unos metros y le regaló la pelota a Independiente, que jamás supo
qué hacer con ella.
Se agazapó para liquidarlo en alguna contra . Pero tuvo
piedad ante un equipo desprotegido, débil de la cabeza y sin piernas. El Mudo
Vázquez comenzó a hablar el mismo idioma que Mansanelli. Y el 10 , puro
talento, enloqueció más a un equipo descontrolado. Seguramente de esto también
habrá tomado nota el DÃaz que nació en La Rioja.
Belgrano casi aumenta cuatro veces. ¿Y qué hacÃa a todo esto
Independiente? Nada de nada.
Atacaba mal y defendÃa peor. Cristian DÃaz cambió. Puso a
Iván Pérez, a Núñez y al debutante Francisco Pizzini por Battión, Ferreyra y
Marco Pérez. Pero todo siguió igual. Ahora, hoy, se avecinan más cambios.
¿Podrá Ramón cambiar este presente desolador?
Fuente ClarÃn
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