Pipita Higuain a su llegada a Barranquilla. (Gustavo
Garello)
Por Nico Berardo
Si el fixture te brinda un guiño en complicidad con el
calendario...
Si el escenario no es el esperado, con dos puntos de nueve y
con las estrellas top fuera de servicio dentro de la constelación...
Si Rusia parece estar más lejos que nunca ante cada minuto
sin goles...
Si el arranque de Eliminatorias puede ser el peor de las
últimas seis ediciones... Hay que entender que siempre nos quedará
Barranquilla...
Humphrey Bogart inmortalizó en Casablanca una frase que
amerita ser parafraseada. Gonzalo Higuaín, el 9 bravo, marcó las comparaciones
para encender la esperanza, para esconder el temor. “Estamos en una situación
parecida a las Eliminatorias pasadas, cuando ganar era vital. Y ahora hay
Selección para repetir lo de Barranquilla”, asegura quien fue testigo
presencial del gran 2-1 del 2011 (goles de Messi y Agüero, post remate del
Pipita; Mascherano en contra había marcado el 0-1), cuando Alejandro Sabella
era cuestionado y el equipo gustaba poco y nada. Un triunfo que es considerado
la nursery del plantel actual, el que llegó a la final en Brasil 2014, el que
alcanzó la definición de la Copa América... Y que ahora, en su etapa más
terrenal, busca reivindicarse para llegar con un poco más de oxígeno al 2016.
Higuaín entiende la coyuntura. Y por eso pide fe, encabeza
la procesión en pleno retorno a la Argentina luego de sus ausencias en la gira
por los Estados Unidos (por un estado gripal) y en la primera fecha de la fase
de clasificación al Mundial (por decisión de Martino). “Volví con muchas ganas.
Es un privilegio vestir esta camiseta. Lo disfruto. Uno siempre hace todo para
poder estar en la Selección”, explica hoy, cuatro kilos abajo de lo que estuvo
en Chile 2015, gracias a un trabajo intensivo desde lo alimenticio.
Giuliano Poser es el médico que tuneó a Higuaín. Sin recurrir
a fórmulas mágicas, si no con una dieta especial: poca carne roja, mucho
pescado, mariscos, eliminación de azúcares (se reemplazó con miel como
endulzante para todo, incluso para el mate) y fruta. El gurú italiano, de 59
años y radicado en Sacile, al norte de Italia, venía de tener éxito en los
tratamientos de Demichelis, Messi y Agüero, y con el Pipita también logró
cambios: hoy vuela en el Napoli, y espera repetir en la Selección. “¿Qué me
llevó a tomar esa decisión? Cuidarme. Cuando uno se cuida, rinde mejor. Me he
sentido bien, y ahora miro para adelante”, le explicó a Olé antes de viajar a
Colombia y luego de un empate ante Brasil en el que notó “un paso adelante
desde lo futbolístico”. Para completarlo, mañana lo ideal será ganar.
Fuente Olé
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