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miércoles, 20 de marzo de 2013

Colaboraciones - Es todo Francisco. Por Leandro Biaggio



Ilustró rrrojo

ES TODO FRANCISCO

Por Leandro Biaggio

Hoy en Buenos Aires es todo Francisco.

En la salida de Las Violetas dos mujeres, clase empobrecida se dicen una a la otra

"¿Estás contenta con la noticia del Papa Argentino?"

La que tiene que responder, un poco comprendiendo que debe decir que sí, otro poco pensando en que esta designación no le cambia la ecuación de su vida dice:

" Sí, ¡Un poco sí! "

Y uno que está en medio de todo eso toma la esquina y piensa que todo Buenos Aires es Francisco en este momento.

Claro, no podía ser menos, una manifestación. Pequeña, de no más de veinte personas, con banderas del Vaticano avanza sobre Rivadavia con un cartel que habla de enemigos, y otro que reza en una cruz "Nosotros también somos víctimas".

Nada bueno puede salir de esas frases.

Nada misericordioso empieza con la palabra enemigos.

Y todo es tan Francisco que los diarios, revistas, publicaciones, folletines y etcéteras que se venden en los quioscos hablan de él.

Es inevitable detenerme ante la revista Gente que reza :

"Francisco, el Papa de los humildes".

Pienso que es muy miserable disfrazar a la pobreza con una cualidad como lo es la humildad.

Porque ¿no será que están naturalizando el concepto de pobreza bajo la estela de un valor propio?

¿Entonces los ricos, talentosos, destacados no son humildes?

Me empiezo a hacer estas preguntas que encuentran una respuesta muy simple en un texto de Barthes llamado la Lección Inaugural.

Plantea Barthes que el lenguaje es poder.

Dentro de él está todo, fuera de él solo se encuentra la muerte.

La única manera de escapar al lenguaje es la muerte y no sabemos que hay en ella.

Pero nos regala una solución que nos da un respiro entre tanta manipulación de conceptos como el de confundir una virtud con una injusticia dentro de la economía.

Lo único que nos queda es hacerle trampas al lenguaje y eso se llama literatura.

Entonces recuerdo que yo también escribo.

Buenos Aires está muy Francisco.

Hay que dejar de verse el ombligo, cuando pase la felicidad de pronto por compartir una bandera, tal vez volvamos a ver que la ciudad sigue atestada de pobres y no de humildes.


Fuente Leandro Biaggio para Independiente de Paladar Negro blog


Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización de su autor Leandro Biaggio

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