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martes, 4 de diciembre de 2012

MAURI: "ES EL FÚTBOL, ESTÚPIDO"





Por Claudio Mauri

A partir de la lógica preocupación que despierta la actualidad deportiva de Independiente, desde algunos sectores se alientan el caos y la confusión. Independiente está herido dentro de la cancha y sobrevuelan las aves carroñeras que le pegan dentelladas institucionales. Gente (algunos dirigentes opositores, hinchas obnubilados, oportunistas mediáticos) que pretende instalar falsas premisas.

El riesgo de descenso que sufre Independiente no invalida la férrea lucha de Javier Cantero para erradicar la barra brava. Esta batalla no debe desmerecerse ni bastardearse por la circunstancia de que el equipo lleva varias fechas entre los últimos tres promedios. El presidente ya hace un tiempo que admite que le tiene más miedo a un descenso que a su cruzada contra los extorsionadores de la tribuna.

Se sugiere que la contracara de la valentía del presidente para limpiar la mugre del club es su ingenuidad e inocencia para ocuparse de los asuntos estrictamente futbolísticos. Se lo acusa de débil por no saber que los partidos se empiezan a "ganar fuera de la cancha". En la AFA, donde muchos de sus pares lo miran de reojo porque su plan antibarras los deja expuestos en la connivencia que ellos mantienen con esos grupos enquistados. En la designación de los árbitros, supuestos responsables de algunos malos resultados.

En síntesis, a Cantero se lo señala por no tener peso para manejarse en la periferia mafiosa del fútbol que eventualmente decide el destino de un club. Todo esto se proclama a poco más de un año de que River se fuera al descenso tras transitar todos esos arrabales fangosos, que supuestamente lo iban a librar de la B Nacional. A River no le sirvieron las actitudes patoteras de Passarella en la AFA tras perder un superclásico ante Boca ni tampoco dos de las amenazas más graves y escandalosas de los últimos tiempos: la de los hinchas que entraron en Córdoba a intimidar a los jugadores en pleno partido contra Belgrano y la coacción que Pezzotta sufrió en el entretiempo en el Monumental.

No se trata de poner las manos en el fuego por una estructura cristalina, pero lo estrictamente futbolístico tiene más incidencia que las teorías conspirativas o las manías persecutorias, en las que también cayó Gallego. Si en algo está en deuda Cantero es en acertar en un proyecto y los hombres indicados y capaces para sacar a Independiente de esta apremiante actualidad. El equipo no está en vías de cumplir con su pronóstico de hace dos meses en una entrevista con LA NACION ("No veo ninguna posibilidad de descenso"). De eso sí debe rendir cuentas.

Y para todas las otras acusaciones vale parafrasear a un ex presidente norteamericano: es el fútbol, estúpido...


Fuente La Nación

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