El Malevo levantó mucho con Gallego y fue uno de los
mejores del Rojo en el Inicial.
River mostró interés por Ferreyra pero en el Rojo no
piensan venderlo. Cómo pasó de resistido a intocable.
Que el fútbol da revancha es una de las frases más
trilladas de los últimos tiempos. La historia de Osmar Ferreyra es el fiel
reflejo de que, con esfuerzo y perseverancia, se puede. Llegó a Independiente
de la mano de Antonio Mohamed y fue resistido. Siguió con Ramón Díaz sin poder
levantar su nivel. Levantó en la era de Cristian Díaz aunque arrancó muy
relegado el último torneo. Finalmente, de la mano de Américo Gallego, se
transformó en una pieza indispensable de este equipo. Tanto que River preguntó
hace unos días por él y la respuesta de la dirigencia fue contundente: el
Malevo es intransferible.
Ahora que finalizó el Inicial, el mercado de pases comenzó
a moverse. Y ante el llamado desde Núñez, en Avellaneda fueron claritos:
“Ferreyra no se vende”, se escuchó, con eco, por los pasillos de la sede de
Mitre 470. Y no es para menos. Independiente enfrentará el semestre más
complejo de su historia y no puede darse el lujo de perder a una de las piezas
clave para el funcionamiento futbolístico por su nivel. Con sus desbordes por
izquierda y con su gran pegada (convirtió de tiro libre en los dos últimos
partidos) se destacó y demostró que fue uno de los mejores jugadores del Rojo
en el campeonato.
Ferreyra llegó a Independiente con el Turco y empezó
torcido. La gira por México, Estados Unidos y Japón jugó poco y el Rojo perdió
la Suruga Bank. Después la Recopa quedó en manos del Inter de Brasil y a eso hay
que sumarle la frustración de la eliminación en la Sudamericana 2011. En el
último Apertura la cosa tampoco funcionó y el Malevo no fue la excepción. Ante
la llegada de Ramón no repuntó y empezó a ser uno de los más resistidos.
Su momento más duro fue a mediados de este año. Tras un
Clausura en el que levantó (la rompió en el 5-4 ante Boca), con la llegada de
tantos refuerzos pasó a ser la tercera opción en su puesto (detrás de Zapata y
Mancuello) y una alternativa como lateral (por Morel). Tuvo chances de irse a
préstamo pero eligió lucharla. Y el esfuerzo dio sus frutos. En el medio
atravesó el delicado estado de salud de su hija, Morena, de 3 años. Gallego le
dio confianza y se asentó entre los 11. Pasó de cuestionado a indispensable.
Fuente Olé

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.