La pesadilla bolivariana – Por Gustavo Grabia

Detuvieron a 20 barras del Rojo que con aval del club estaban vulnerando la ley. ¡Y cinco eran venezolanos!

 Otra vez hay máxima tensión en la barra del Rojo.

Por: Gustavo Grabia

Apenas habían pasado las cinco de la tarde cuando la Policía Bonaerense decidió hacer la requisa al Libertadores de América previo a dar puerta para el partido entre Independiente y Central.

Grande fue la sorpresa cuando en medio de la recorrida, encontraron a 20 barras de Independiente en el bajo tribuna, desplegando las banderas y manejándose como los dueños del lugar. La falta a la ley 11.929 era estar en un lugar no autorizado, ya que aún no se había abierto la cancha, por lo que jamás pasaron por el cacheo, lo que dejaba al descubierto la complicidad de la CD con la barra, que viene de larga data: los violentos tienen un depósito propio dentro del mismo estadio.

Los 20 fueron trasladados a la Primera de Avellaneda y se les inició una causa en el juzgado correccional 8 de Lomas de Zamora, a cargo de la magistrada Viviana Garcenal. 

Mientras eso sucedía, la barra bloqueaba el ingreso de la gente por la habitual esquina de Alsina y Bochini hasta que no dejaran libres a sus integrantes, obligando a la Policía que tenía orden de no reprimir, de desviar a la gente por la calle Italia para que pudiera ingresar. Insólito. Recién cuando la jueza dio la orden de liberar a los 20, tras tomarles los datos, el bloqueo terminó y por eso la barra entró con el partido ya empezado.

Pero la otra sorpresa vino al chequear los datos de los demorados: si bien el grueso era del grupo de Claypole y Florencio Varela, que son quienes manejan el tema de los trapos en Los Diablos Rojos, cinco de los barras eran venezolanos, con domicilio en Capital Federal. La relación nació en 2007, cuando Bebote y compañía lideraron la barra de la Selección en la Copa América 07 jugada en el país caribeño, y de allí vinieron varios a hacer un master barra en la Argentina y algunos decidieron combinar su pasión por el fútbol con otras actividades menos lícitas y encontraron en el mundo de la tribuna la impunidad suficiente para no tener problemas con la ley.

Increíble pero real.

Fuente Olé