Foto: FotoBAIRES
Por
Christian Leblebidjian
Mauricio Pellegrino recién le está dando forma al estilo que
pretende para Independiente . Hay detalles que se van observando en referencia
a lo que buscó en Estudiantes, como mostrarse como un equipo más ordenado que
el de Jorge Almirón, con las líneas más juntas, tratando de generar ataques
respaldados con triangulaciones por las bandas. También busca superar la marca
de los diez remates al arco por partido, presionar alto ante la pérdida del
balón en ataque o que hasta los más habilidosos se sacrifiquen para defender
hasta campo propio y pasando la línea de la pelota. Además puede cambiar el
esquema del 4-4-2 al 4-1-4-1 si el contexto lo indica.
Pero el jugador de mayor explosión desde la llegada de
Pellegrino es Martín Benítez. Habitual punta por afuera, el entrenador lo puede
hacer volantear en un 4-4-2, como hizo eventualmente con Ezequiel Cerutti en La
Plata, aunque Benítez encuentra su realismo y efectividad por adentro, cuando
sorprende apareciendo como un Nº 10 y ataca las espaldas de los mediocampistas
centrales rivales con velocidad y determinación. No es casual que por ese
carril interno les haya convertido a Olimpo -por duplicado-, a Rafaela y
también haya tenido las chances más claras ante Colón. Acciones muy parecidas
(como se ve en la imagen).
En Santa Fe, Benítez arrancó por la izquierda dentro de un
4-4-2, pero un cambio que (a priori) podía entenderse como defensivo -Papa por
Albertengo-, lo terminó de liberar para que, justamente, desequilibre en su
espacio más eficaz: el centro. En el dibujo inicial, Independiente formó con
Rodríguez; Toledo, Pellerano, Cuesta y Tagliafico; Pisano, Méndez, Ortíz y
Benítez; Vera y Albertengo. Cuando ingresó Papa, ocupó el puesto de Benítez,
por delante de Tagliafico y Martín se soltó para armar un 4-4-1-1, por delante
de esa línea de medios y por detrás de Vera. También ingresó Vitale por Ortíz
para reforzar el medio. En los últimos 15 minutos, con la modificación de
Pereyra Díaz por Pisano, movió la estructura al 4-1-4-1, con Vitale de tapón;
Pereyra Díaz, Méndez, Papa y Benítez por delante; Vera solo arriba. Benítez
volvió a recostarse en la izquierda, pero otra vez su mejor chance la tuvo
picando en diagonal, cerrándose para recibir un pase filtrado de Vitale y
rematando desde afuera, un envío que Broun le mandó al córner. Benítez puede
resolver con un disparo desde lejos, como en esa acción o en el primer gol a
Olimpo, también pisando el área, aunque la más clara ante Colón la desperdició
después de un contraataque comandado por Vera. Aun jugando por afuera, Benítez
se siente más cómodo cerrándose y dejándole el carril externo a la proyección
del lateral, aunque sabe que para cumplir sus responsabilidades tanto él como
Pisano deben regresar y colaborar con sus compañeros en el retroceso.
El desafío de Pellegrino ahora será encontrar el mejor
armado de Independiente, en función de los refuerzos que llegaron y las
variantes que tiene, sobre todo si Mancuello finalmente no es vendido. El DT
cuenta con Méndez, Ortíz, Pisano, Vitale, Bellocq, Benítez, Mancuello y el
Cebolla Rodríguez para los cuatro puestos del medio campo. El uruguayo Diego
Rodríguez tiene para un mes y medio más de recuperación. Y partiendo de la base
que arma la estructura desde Vera y Albertengo hacia atrás.
Así como en el Vélez ganador de Ricardo Gareca nunca se
terminó de definir nítidamente si Maxi Moralez era volante por la izquierda o
enganche, Benítez puede ir en la misma dirección en el Independiente de
Pellegrino. Porque arranca por afuera, pero termina siendo más desequilibrante
cuando aparece y define como un Nº 10 encubierto.
Fuente Cancha Llena
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.