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jueves, 29 de noviembre de 2012

La que otros no supieron hacer



Ilustró rrrojo - Fuente imágen web


Por Carlos Maidana

El presidente de Independiente salió y dio la cara ante quienes debe responder: los socios.

En el peor momento de la historia, no le esquivó al bulto ni se escondió.

Antes que nada, con lo que diré a continuación no pretendo desligar de responsabilidades de este momento a la dirigencia actual.

Desde el armado del plantel, la contratación de Cristian Díaz y la demorada llegada de Américo Gallego.

La crítica existe, pero considero más oportuna la autocrítica que deban hacer ellos mismos, puertas adentro.

Es indispensable y necesaria.

Pero a lo que voy a referirme es a la situación que sucedió inmediatamente después de consumada la derrota ante Belgrano. Hubo una imagen que, lamentablemente, se está haciendo reiterada en los últimos partidos: el hall de la Platea Erico repleto de hinchas y socios que ya no saben con quien descargar su angustia. Hinchas peleándose entre ellos, entre nosotros. Con lagrimas en los ojos, la voz gastada de tanto gritar.

Pero este miércoles fue distinto. Javier Cantero atendió el reclamo y salió a hablar cara a cara, sin intermediarios, con los socios. A escucharlos, a contestarles. Como presidente, pero no, como un par. Y podremos estar más o menos de acuerdo con sus respuestas, pero ahí estuvo. Para oír y responder. Y, al menos en esta, le daré la derecha, pues es algo que pocas veces se ve. A mi edad, tan sólo tengo el recuerdo de Pedro Iso ya viejo, ya sin ver a la multitud que lo insultaba, caminando entre ellos, sin esconderse.

No es un escenario cualquiera. Hubo un expresidente reciente que no se animó a pisar aquel lugar en situaciones adversas.

No tuvo las pelotas para hacerlo.

Por eso, ya sobre el final Julio Comparada siempre se fue, casi como una antesala de lo que sería su salida del Club, por la puerta de atrás. Pero allí si estuvieron los delincuentes que despidieron a Antonio Mohamed con la marcha fúnebre. Que Mohamed debía dejar su cargo no hay ninguna duda, su campaña al frente del equipo rozaba lo desastroso, pero no era esa la forma.

¿Lo que hizo el presidente cambia el resultado del partido ante Belgrano? ¿Suma en la tabla de puntos? ¿Sirve para engrosar el promedio?

No, en absoluto.

Dependerá de los jugadores y el cuerpo técnico encontrar la manera de ganar los 9 puntos restantes y quemar las naves en el Torneo Final para sostener la categoría. Ellos y la comisión deberán cerrarse y dedicarse única y exclusivamente a esta tarea, que nos urge.

Empezando por lo próximo más importante: ganar los 3 puntos en el Nuevo Gasómetro.

Y reitero el concepto con el que abrí esta columna. No desligo a la actual conducción de las responsabilidades que le competen en este desastroso presente futbolístico. Ni a ellos ni a los jugadores y entrenadores.

Pero para hablar de culpas, hay que ir un poco más atrás y recordar a aquellos que hicieron lo que parecía imposible: 

Agarrar el Club más hermoso de la Argentina y hacerlo mierda.

Los que, al igual que el expresidente, no estuvieron en el hall. Ni antes ni ahora.

No tienen ni la cara ni los huevos para hacerlo.


Fuente Infierno Rojo

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