En el Bajo Flores, el club azulgrana alcanzó una acuerdo de
cooperación; Tito Villalba surgió de la villa y progresó en la entidad
Cristian Grosso
Custodia policial, en uno de los accesos de la cancha de San
Lorenzo. Foto: Archivo
Corría carreras por los apretados callejones de la villa y
jugaba al fútbol por plata. Con 11 años, cruzó la avenida Perito Moreno y lo
tomaron después de una prueba en San Lorenzo . Iba y venía, si en definitiva
vivía enfrente. "Una semana no pude ir a entrenar por unos problemas que
pasaron adentro y los coordinadores del club me dieron la posibilidad de
ingresar a la pensión. Ni lo dudé, a las cinco de la tarde me preguntaron y a
las ocho estaba en la puerta con mi bolsito", cuenta Héctor
"Tito" Villalba. Esos 'problemas adentro' habían ocurrido en la
1-11-14, su lugar, su refugio. Su casa. El delantero creció, llegó a primera
división, ganó la Copa Libertadores con el Ciclón y hoy lo dirige Gerardo
Martino en el Atlanta United de la Major League Soccer (MLS). Él es el ejemplo
más contundente de una convivencia especial entre el club azulgrana y la villa.
"San Lorenzo mantiene una relación de cooperación con
la villa 1-11-14, el club tiene becados a más de 400 chicos que todos los días
realizan diferentes deportes en la Ciudad Deportiva. Nosotros creemos que una
de las principales funciones de un club es la social, y en ese sentido nos
movemos, trabajando con curas villeros y diferentes organizaciones que no sólo
ayudan en la 1-11-14 sino también en diferentes barrios humildes
aledaños", le cuenta Matías Lammens , presidente de San Lorenzo, a LA
NACION.
La zona es difícil. La exclusión manda y la delincuencia
suele ser noticia. Los robos son usuales y las instalaciones del Ciclón en
varias oportunidades fueron víctima de saqueos, por eso el club ha buscado
crear un confiable canal de colaboración.
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La villa 1-11-14 se encuentra entre la avenida Varela,
Perito Moreno, Fernández de la Cruz, Riestra y Bonorino. Son casi 47 hectáreas.
Según los informes de la Comisión Municipal de la Vivienda, la 1-11-14 tiene la
mayor densidad habitacional en relación a otras villas. El promedio es de 800
habitantes por hectárea frente al común de 260 habitantes por hectárea. Hoy se
estima que viven 50.000 personas.
Mientras sigue dando pasos en dirección a la vuelta al
barrio de Boedo, San Lorenzo sabe que vivir en el Bajo Flores espanta negocios.
No puede organizar recitales ni alquilar la cancha para otras actividades y los
partidos programados en horario nocturno alejan al público. "Creo que, más
allá de lo que el club pueda hacer diariamente para colaborar con la gente que
vive en la villa, es necesario que el Gobierno se encargue de terminar de
urbanizar la 1-11-14 y de sumar seguridad a la zona. Hemos sufrido muchos
hechos delictivos, decenas de hinchas fueron asaltados en las inmediaciones del
estadio, y es por eso que en su momento le pedimos medidas especiales al
Ministerio de Seguridad, con el que desde entonces venimos trabajando
conjuntamente al respecto", agregó el presidente Lammens.
Fuente Cancha Llena
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