Por Andres Morando
Déjame que te cuente limeña / Déjame que te diga la gloria /
Del ensueño que evoca la memoria son los primeros versos de la emblemática
canción La flor de la canela, de Chabuca Granda. Y fue ante este mismo rival,
Alianza Lima, hace 53 años (31/5/64), que el CAI inició su camino glorioso en
la primera Libertadores lograda y patentó la mística del saludo con los brazos
en alto.
Y ayer, por qué no, esta clasificación pudo haber sido el
comienzo de un nuevo sueño. La llave se cerró con total justicia (en la ida
debimos haber goleado en Avellaneda). Con un fútbol de alto vuelo, granítica
solidez defensiva, enorme sacrificio y entrega, una vez más el equipo dio un
salto cualitativo. Nuestras reservas de toque y juego asociado refulgieron
nuevamente: Benítez, Barco y Rigoni (cada vez más decisivo). Holan, que asumió
hace apenas cinco meses, se trazó tres objetivos para este semestre. Los dos
primeros (en ambas Copas) ya se lograron. Pero el desafío más importante,
regresar a Nuestra Copa, aún no se cristalizó.
Estamos orgullosos por este renacido Independiente. Párrafo
aparte: si en la Bombonera hicimos historia en más de una ocasión -se birló
algún torneo...-, si allí festejamos tantas veces, ¿cómo no ilusionarnos?
¡Vamos Rojo carajo!
Fuente Olé
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