Por Alberto Ballestero
No hubo grieta en el frente interno de los jugadores, que
además tuvieron la contundente solidaridad de los técnicos frente a la amenaza
de los dirigentes de poner juveniles para hacer disputar la fecha.
Si hubo un efecto en estos últimos dos días, en donde el
conflicto del fútbol parece haber recrudecido y llegado a su máxima dimensión,
fue la consolidación en la postura de los jugadores.
Eso que algunos llaman “espíritu de cuerpo”. Antes de la
reunión del jueves, en Agremiados, flotaba en el ambiente una supuesta
división, que quedó hecha trizas ante las versiones de los jugadores, al menos
ante la prensa. Y ni bien los directivos del fútbol argentino sugirieron la
alternativa de poner juveniles para arrancar el torneo, los futbolistas que
están protagonizando esta huelga se solidificaron aún más. E incluso tuvieron
el apoyo contundente de los directores técnicos, que públicamente o en privado
advirtieron que no estaban dispuestos a dirigir equipos de juveniles. “¿Cómo
miro a mis jugadores si dirijo como un carnero a un equipo de juveniles?”, se
preguntó Néstor Gorosito, entrenador de San Martín de San Juan. Otros técnicos
también coincidieron con Pipo, en lo que fue una tendencia muy marcada y
contundente.
Rebelión en la granja
La piña en el mentón que terminó por dejar groggy a las
autoridades del fútbol fue comprobar una postura de los jugadores que quizá no
imaginaban. Tal vez vieron la posibilidad de quebrar la huelga y hacer que
Sergio Marchi empiece a rodar escaleras abajo. Pero en la asamblea del jueves,
en el emblemático edificio de la calle Salta, los jugadores se mostraron como
un bloque sólido. Aunque algunos tuvieron la voz cantante y otros (referentes
de clubes grandes como Fernando Gago) solo escucharon y no hablaron.
Ayer, en el día después de la asamblea, los futbolistas
mantuvieron un discurso común y unido en favor de la huelga hasta que todos
cobren todo lo que les deben. Primera y ascenso.
“Hay que cambiar las cosas”
“En Newell’s hay chicos que no pueden pagar el alquiler. Es
preocupante la situación, hay que ponerse los pantalones largos y cambiar las
cosas”, aseguró Maxi Rodríguez, capitán de Newell’s.
Su compañero Sebastián Domínguez también señaló: “Siento que
los jugadores estamos más fuertes que nunca. Hubo paciencia, pero esta
situación es un quiebre. La reunión me pareció excelente aunque sigo notando
que hay mucho miedo entre los jugadores. Espero que esto marque un cambio para
los próximos cincuenta años. Este sistema falla desde su origen”
Otro testimonio contundente fue el del experimentado
mediocampista, ahora en Temperley, Leonardo Di Lorenzo, que afirmó: “Estamos
fuertes, si arrancamos sin que aparezca la plata, no va a aparecer más”.
En tanto que Facundo Oreja, defensor de GImnasia, apuntó a
otro aspecto: “Se nos quiere hacer aparecer como culpables, está muy claro que hasta
que la plata no aparezca en las cuentas, no vamos a levantar la medida. Jugar
con juveniles sería un disparate. Nos quieren hacer aparecer como culpables,
pero no tenemos culpa”
Fuente Diario Popular
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