Gaby Milito volvió a su casa: fue presentado como técnico
hasta diciembre del año que viene, prometió respetar el paladar histórico del
club y la gente lo ovacionó.
Gaby Milito besa a su primera novia.
Por Favio Verona y Beto
Tisinovich
Me dolería muchísimo dirigir a este club y fallar. Por eso
me quiero preparar bien”. Con esas palabras, Gabriel Milito le dijo que no a
Independiente el 17 de julio de 2014, cuando los dirigentes le ofrecieron
dirigir al equipo tras la salida de Omar De Felippe. A lo largo de su vida, el
Mariscal nunca dio un paso sin haber planificado la hoja de ruta. Le pasó
cuando jugaba: no se apresuró para tomar el primer vuelo a Europa. Se marchó
cuando se sintió preparado para hacerlo, cuando advirtió que ya había alcanzado
la madurez. Si el ídolo firmó ayer su contrato hasta diciembre del año próximo,
es porque siente que su período de formación como entrenador ya está terminado.
El Selectivo, la Reserva y Estudiantes fueron la escalas previas al destino
final.
“Siempre que tomé una decisión lo hice con total seguridad.
Hace dos años prioricé el proyecto que tenía en el Selectivo, pero si hoy estoy
acá es porque me siento preparado para asumir esta responsabilidad”, comentó
Gaby. La llegada del Mariscal despertó tantas expectativas que el salón en el
que se realizó la presentación, en el segundo piso de la sede de Avellaneda,
estuvo repleto de periodistas e hinchas. “De la mano de Gaby la vuelta vamos a
dar”, cantó la gente que también lo ovacionó. El Mariscal no arrugó ante la
presión que ya le empezaron a meter. “La responsabilidad va a ser muy grande,
pero estoy preparado para lo que me van a exigir. Trataremos de jugar
respetando las formas y el estilo de este club. Quiero un equipo valiente”,
prometió.
Si algo se les cuestionó a los últimos técnicos que
dirigieron a Independiente fue no haber respetado el paladar negro del que
siempre se jactaron sus hinchas. El ex defensor sabe muy bien de qué se trata:
“Si tuviese que elegir una palabra para definir qué es lo que quiero de mi
equipo, elijo valentía. Tenemos que jugar de la misma forma ante cualquier
rival y en cualquier cancha. Trataremos de convencer a los futbolistas de que
es posible. Este club ha conseguido cosas jugando bien, pero sobre todo, con
equipos valientes. Es una institución grande y las exigencias van a ser
grandes. Hay que prepararse para eso”. ¿Tiene materia prima para sostener su
propuesta? “Si acepté es porque creo que puedo armar un gran equipo con este
plantel. No vamos a traer jugadores por traer. Me gustaría que los futbolistas
que han tenido un gran nivel se queden, pero si su deseo es marcharse, no
podremos hacer mucho”. Y avisó que existe una única forma de evitar la
impaciencia de los hinchas: “La tranquilidad se construye con resultados. Y los
resultados se consiguen con funcionamiento. Este desafío es más fuerte para mí
que para cualquier hincha. Quiero un equipo que asuma riesgos, que nos
identifique y nos representante”.
Milito conoce a varios juveniles de su paso por el
Selectivo, pero avisó que no los va a apurar: “El aporte de los juveniles a
veces es productivo, pero muchas otras no. Hay que evitar ponerlos hasta que
estén preparados”. En alguna oportunidad, el Mariscal confesó que cuando dejó
de jugar se reencontró con los sentimientos previos a empezar su carrera. Su
condición de fanático es irrebatible y se vio plasmada en infinidad de gestos.
Gaby conoce el club mejor que nadie. “Siempre me preparé para este sueño”,
dijo. Ahora los que sueñan son los hinchas.
Fuente Olé
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