Por Franco
Caruso
La vida de Independiente se encuentra convulsionada con
la salida de Américo Gallego de su puesto como Director Técnico.
Mientras los
dirigentes buscan al sucesor para sacar al Rojo de la parada difícil en la que
está, te contamos todas las cábalas que implementó el Tolo en su tercer ciclo
como DT.
"Es muy difícil que yo tenga cábalas" aseguró
Gallego en la conferencia de prensa que brindó después del empate frente a Boca
en Avellaneda dos fechas atrás, pero...
En su último paso por Independiente el
Tolo agudizó su ingenio al máximo para inventar y reinventar cábalas, apelando
a la ayuda de la fortuna.
Allegados al Cuerpo Técnico y gente que compartió tiempo
con el DT, manifiesta que en cuestión de suerte Gallego no deja nada librado al
azar y proyecta hasta el mínimo detalle.
Así, la lista comienza con la
superstición más antigua de las tantas que tuvo entrenador.
El tero rengo. O mejor dicho, la tera. En el Predio
Santo Domingo, lugar de trabajo de la Primera División, habitan cientos de
teros -ave zancuda, de la misma familia que los andarríos, de 30 a 40 cm de
envergadura, con plumaje de color blanco con mezcla de negro y pardo- pero uno
es especial, porque es rengo (foto). Una de las cábalas más viejas, ya que
rondaba Villa Domínico en el 2002, cuando el Rojo salió campeón.
En lo que al Estadio respecta, varias fueron las
modificaciones que ordenó Gallego, en pos de una buena suerte. En primer término
pidió sacar los "cuernitos" que decoraban la manga por donde salen
los jugadores al campo de juego ya que, según el DT, es una imágen que atenta
contra la fortuna.
Además, pidió restablecer en la cancha el famoso escudo
que históricamente descansaba sobre la vieja visera del antiguo estadio, objeto
que, demás está decir, presenció aquel último título a nivel nacional con el
Tolo a la cabeza. Por otro lado, prohibió la entrada de "El Gran
Diablo" al campo de juego, tildándolo de "mufa".
Por último y quizás el más increíble de los pedidos de
Gallego, fue la reposición del "amuleto" que el plantel campeón 2002
tenía en aquel año. Nadie sabe qué es ni de qué se trata, pero lo que sí
trascendió fue que ese objeto estaba en poder de Matías Villavicencio en Bahía
Blanca, y pese al pedido del Tolo de tenerlo después del duelo frente a Boca,
el elemento aún no llegó.
Así, y pese a haber declarado que no tenía cábalas, vox
populi era la creencia de Américo Rubén Gallego en lo extra deportivo.
Hoy el
Rojo está viviendo una de brujas y fantasmas, aunque a esta altura el cuento
debe terminar.
Fuente Monarquía Roja
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