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domingo, 14 de abril de 2013

De brujas y fantasmas





Por  Franco Caruso 

La vida de Independiente se encuentra convulsionada con la salida de Américo Gallego de su puesto como Director Técnico.

Mientras los dirigentes buscan al sucesor para sacar al Rojo de la parada difícil en la que está, te contamos todas las cábalas que implementó el Tolo en su tercer ciclo como DT.


"Es muy difícil que yo tenga cábalas" aseguró Gallego en la conferencia de prensa que brindó después del empate frente a Boca en Avellaneda dos fechas atrás, pero...

En su último paso por Independiente el Tolo agudizó su ingenio al máximo para inventar y reinventar cábalas, apelando a la ayuda de la fortuna.

Allegados al Cuerpo Técnico y gente que compartió tiempo con el DT, manifiesta que en cuestión de suerte Gallego no deja nada librado al azar y proyecta hasta el mínimo detalle. 

Así, la lista comienza con la superstición más antigua de las tantas que tuvo entrenador.

El tero rengo. O mejor dicho, la tera. En el Predio Santo Domingo, lugar de trabajo de la Primera División, habitan cientos de teros -ave zancuda, de la misma familia que los andarríos, de 30 a 40 cm de envergadura, con plumaje de color blanco con mezcla de negro y pardo- pero uno es especial, porque es rengo (foto). Una de las cábalas más viejas, ya que rondaba Villa Domínico en el 2002, cuando el Rojo salió campeón.

En lo que al Estadio respecta, varias fueron las modificaciones que ordenó Gallego, en pos de una buena suerte. En primer término pidió sacar los "cuernitos" que decoraban la manga por donde salen los jugadores al campo de juego ya que, según el DT, es una imágen que atenta contra la fortuna.

Además, pidió restablecer en la cancha el famoso escudo que históricamente descansaba sobre la vieja visera del antiguo estadio, objeto que, demás está decir, presenció aquel último título a nivel nacional con el Tolo a la cabeza. Por otro lado, prohibió la entrada de "El Gran Diablo" al campo de juego, tildándolo de "mufa".

Por último y quizás el más increíble de los pedidos de Gallego, fue la reposición del "amuleto" que el plantel campeón 2002 tenía en aquel año. Nadie sabe qué es ni de qué se trata, pero lo que sí trascendió fue que ese objeto estaba en poder de Matías Villavicencio en Bahía Blanca, y pese al pedido del Tolo de tenerlo después del duelo frente a Boca, el elemento aún no llegó.

Así, y pese a haber declarado que no tenía cábalas, vox populi era la creencia de Américo Rubén Gallego en lo extra deportivo.

Hoy el Rojo está viviendo una de brujas y fantasmas, aunque a esta altura el cuento debe terminar.



Fuente Monarquía Roja

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