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lunes, 15 de abril de 2013

El descenso es un microtorneo maligno






Por Roberto Perfumo


Es el miedo que protagonizan la mayoría de los actores de Primera.

El entrenador tiene que transmitir confianza y saber qué quieren sus jugadores

El descenso es un microtorneo maligno

Cuando un entrenador llega a un equipo tiene que adaptarse a lo que tiene.

La formación junto con la mentalidad de sus muchachos la averigua a medida que ve en el día a día cómo son las cosas y cuáles son los ánimos de los dirigidos.

Además la confianza que genera un técnico es muy importante. Si ponés a un jugador, juega mal, y lo seguís respaldando eso es muy importante. Esas demostraciones hacen la confianza entre el jugador y el director técnico.

Suele suceder que el técnico le da confianza y si encaja en el sistema es un golazo. Lo ideal es que se junten la eficiencia con la eficacia para que el equipo termine remontando.

El entrenador tiene que pescar qué es lo que quiere el grupo.

Al final ellos son los que hacen la película y el DT dirige desde afuera. Tiene que saber percibir qué es lo que quieren los jugadores.

Si tenés a los muchachos que se mueren por ir de frente y atacar a toda costa, no les podés plantear un sistema de juego defensivo porque va en contra de sus ganas.

Me acuerdo cuando Juan José Pizzuti agarró Racing: estábamos Basile, Chabay, Cárdenas, Maschio.

Íbamos últimos y terminó registrado el récord de 39 fechas sin saber lo que es perder.

La mentalidad y la psicología en los 'técnicos influye demasiado en un plantel.

Por ejemplo la llegada de Ramón Díaz a River le cambió la cara y los días al Millonario.

El último partido de River contra Racing en el Cilindro uno veía como el equipo de Ramón presionaba en todos los sectores de la cancha y por cada jugador de Racing había tres hombres rivales.

Hay técnicos que tienen un don, y esas habilidades se ven cuando las rachas cambian.

El miedo al descenso con el que protagonizan la mayoría de los actores de Primera, por ejemplo, es un microtorneo maligno que le juega en contra a los jugadores.

Cuando en un equipo los ánimos están por el piso es muy difícil que se pueda revertir la situación.


Fuente Diario Popular

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