Vistas de página en total

martes, 30 de abril de 2013

Los goles tuvieron sabor a café.





Independiente, al fin, logró contundencia: ayer festejó la mitad de los tantos que había hecho en todo el torneo.

 De Colombia a Paraguay. Caicedo le había servido el tercero a Fernández. Juntos, celebraron. /GERMAN GARCIA ADRASTI

Por Nahuel Lanzillotta;.

Y un día Independiente entendió que si realmente quiere salvarse del descenso tenía que empezar a ganar.

Y para que eso sucediera indefectiblemente tenía que acordarse de cómo hacer goles.

No le quedó otra. Tuvo que dejar de lamentarse por la infinidad de situaciones de peligro derrochadas durante todo el torneo para amigarse de la noche a la mañana con el arco rival.

No hay otra manera de salir del descenso que sumar puntos. 

No hay otra manera de sumar puntos que ganar.

Y no hay otra manera de ganar que hacer goles.

Sólo así se mantendrá viva la llama de la permanencia en Primera.

Lo asimiló, Independiente, y lo ejecutó.

En la cálida tarde en el Libertadores de América, el Rojo hizo en 90 minutos el 50 por ciento de los tantos que llevaba convertidos en el campeonato.

Hasta la fecha pasada, contabilizaba tan sólo seis gritos en diez partidos. Con los tres ante Argentinos, trepó a 9 de un envión con aroma a café.

La clave para lograr el destape estuvo en la influyente aparición del colombiano Juan Fernando Caicedo.

¿Metió uno, dos, tres goles, Caicedo?

Nada de eso.

El delantero de 23 años todavía no pudo gritar en la Primera del fútbol argentino (sí lo hizo la semana pasada en la Reserva ante Rafaela).

Sin embargo, el moreno, que ingresó en el inicio del segundo tiempo por Ernesto Farías, fue el símbolo de la vuelta al triunfo de Independiente ya que tuvo participación en los tres goles del conjunto de Miguel Brindisi.

El 1-0 de Leonel Galeano tuvo su origen en un tiro de esquina desde la izquierda. Caicedo, con un remate de derecha, fue quien había obligado unos segundos atrás a Ojeda a mandar un remate suyo a ese tiro de esquina.

El penal que festejó Daniel Montenegro para el 2-1 fue posible gracias a una falta de Ariel Garcé sobre Hernán Fredes. ¿Quién le dio el pase a Fredes dentro del área de Argentinos? Caicedo.

Dos minutos más tarde, en el siguiente ataque endiablado, Adrián Fernández pudo meter su segundo gol en la máxima categoría. ¿Quién había dejado en el camino a dos hombres del Bicho para entregarle la pelota servida al pibe paraguayo?

Sí, una vez más Caicedo, el mago negro de Avellaneda.

Es una paradoja del mundo del fútbol que un jugador que vive del gol haya tenido su mejor actuación en lo que lleva vistiendo la camiseta colorada sin, justamente, haber hecho un sólo gol.

Pero poco le importó al colombiano “Estoy contento porque pude aportarle al equipo. Esto te da confianza para trabajar. Hay que tener paciencia y vamos a poder salir adelante”, dijo el atacante mientras se subía al auto encandilando a los hinchas que le pedían autógrafos con su sonrisa exageradamente blanca.

De Colombia a Paraguay. La victoria de Independiente también tuvo sabor guaraní. Fernández jugó su cuarto encuentro en la élite del Rojo (el segundo como titular) y gritó ya dos goles. Este inexperto de 20 años es el único delantero del plantel que pudo marcar en lo que va del campeonato. Fernández se entendió bien con Caicedo y, si bien Brindisi tendrá una semana para analizarlo, no sería ilógico que forme la dupla de ataque junto al colombiano contra Tigre.

Independiente se acordó de hacer goles y de ganar y recobró el aliento. Volvió a tener alma.


Fuente Clarín

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.