Escrito por Carlos Maidana
La actualidad futbolística de Independiente es insostenible.
El plantel, salvo pocas excepciones, colecciona derrotas y
actuaciones deplorables.
El entrenador, lejos de mostrarse autocrítico, está a la
defensiva y ve una realidad distinta al resto.
Se necesita un cambio de rumbo urgente, para que la psicosis
no empiece a causar estragos.
Se hace insoportable ver jugar a Independiente.
La realidad futbolística que atraviesa el equipo es de las
peores en los últimos años, que no se han caracterizado por ser un lujo
justamente.
La debacle institucional iniciada sobre el final de los 90,
acrecentada con la llegada de Andrés Ducatenzeiler, llevada a su máxima
expresión en los dos períodos de Julio Comparada, han dado sus frutos, que son
los que hoy vemos en el campo de juego.
El plantel de Independiente es insostenible.
Son los principales responsables de esta pobrísima cosecha
de puntos.
Salvo algunas pocas excepciones, la gran mayoría de los
jugadores dan día a día, partido a partido, claras muestras de que no pueden
seguir vistiendo esta camiseta.
Aún así, muchos de ellos siguen integrando el once titular
cada fin de semana.
Incluso Julián Velázquez, uno de los mejores sin dudas,
parece haberse contagiado de la mediocridad generalizada y está pasando por un
pésimo momento, acumulando amonestaciones, expulsiones y suspensiones por
doquier.
Está claro que la renovación del primer equipo debe ser
sustancial.
La incorporación de Ernesto Farías debe marcar el piso para
los que llegarán para la próxima temporada.
Y también para los que deben irse, cuanto antes mejor.
Se lo trajo para meter goles y anotó 7, casi sin recibir una
sola asistencia en los partidos que lleva jugados.
A eso hay que apuntar: Titulares, de jerarquía, que nos
saquen de este pozo en el que nos hundimos cada vez más.
Este presente invita a replantearse todo.
Incluso la renovación de Cristian Díaz.
Si el entrenador realmente piensa que el equipo ha tenido un
crecimiento futbolístico, que ha vuelto a ser, cuando ha sacado tan solo 2
puntos de 18 ante todos los rivales directos, estamos en un problema serio.
No está mal sincerarse y reconocer que el rendimiento de
este equipo es pésimo.
No hay entrega, la actitud que el DT dice notar en sus
dirigidos, no se ve, no se nota, no se percibe.
No juegan a nada.
Basta de días libres.
Si el momento lo requiere, guárdense, háganse cargo. Trabajen
y trabajen más. No es admisible que por una salida entre semana se cambie la
planificación de un entrenamiento.
Menos soportable es que pidan premio por ganarle a rivales
de la talla de Olimpo.
Si no lo hicieron luego del triunfo ante Boca, por expreso
pedido del Capitán Gabriel Milito.
Basta muchachos, ya cansaron a todos.
No hay que mentirnos entre nosotros.
No nos sirve engañarnos. Hay que hacernos cargo, aunque
duela.
Independiente peleará la próxima temporada por no descender.
Hay que afrontarlo, tragarse el orgullo, aceptarlo y
enfrentarlo.
Si esto significa darle salida a una numerosa cantidad de
jugadores, hay que hacerlo sin titubear.
Si eso también significa repensar la continuidad de Cristian
Díaz, también habrá que hacerlo.
Todos coincidimos en que el margen de error ya está agotado.
Para jugarnos la historia, honremos la historia.
Fuente Infierno Rojo
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