Por Daniel Avellaneda
El fútbol argentino está en una etapa de definiciones. Sin
embargo, parece cada vez más difícil que los campeonatos comiencen el 3 de
marzo, fecha prevista para el inicio de la Primera División y el resto de las
categorías. Y hay dos situaciones que demoran el arranque, fundamentalmente: la
adjudicación de los derechos audiovisuales y el desarrollo operativo de la AFA.
El viernes se publicaron las pautas para la presentación de
las ofertas para la comercialización de la transmisión de los partidos de AFA y
la Superliga. La base es de 3.000 millones de pesos por año, con 1.200 millones
de llave, cláusula de ajuste y contrato por cinco años con opción a otros
cinco. El 20 se presentarán las ofertas a sobre cerrado, 48 horas después serán
analizadas y el 24, en la Asamblea de representantes en la que se aprobará la
rescisión del Fútbol Para Todos, el nuevo estatuto, la Superliga, se conocerá
qué empresa se encargará de la televisación.
Hay tres cadenas interesadas. Consor, un bufete de abogados
especialistas en la explotación de derechos de propiedad intelectual; ESPN y
Fox-Turner. No obstante, pese a que es la propuesta más avanzada y hace días
parecía sellado el acuerdo, la participación de estas dos empresas asociadas no
está garantizada. La mirada de sus directivos ante los pliegos que presentó AFA
es que se trata de un pedido irracional. "Los dirigentes están locos,
piden una barbaridad", cuentan que dijeron en una reunión de los altos
mandos de Fox Sports.
Los feriados también generan una complicación. El 24 es la
Asamblea y, tras el fin de semana, lunes 27 y martes 28 no son días laborables
por el Carnaval. Para que la pelota comience a rodar el 3 de marzo, hay que
designar árbitros, programar partidos, todo en frenéticas 48 horas. Entonces,
¿empieza el 10, una semana después de lo acordado? ¿O esperarán hasta las
elecciones del 16? Todo indica, como adelantó Clarín, que habrá lista única,
con Chiqui Tapia como candidato del consenso. ¿Y si arranca el 17? Sería poco
serio jugar una fecha e interrumpir nuevamente por las Eliminatorias, ya que la
Selección Argentina jugará el 23 y 28 de marzo. También, muy descabellado
patear todo para abril.
Incluso, empezando el 10 de marzo -y teniendo en cuenta de
que Argentina tiene previsto un amistoso con Brasil en Australia el 9 de
junio-, los campeonatos terminarían el 2 de julio. Eso obligaría a los clubes a
extender los contratos de los jugadores, cuya caducidad suele ser el 30 de
junio. Así de desprolijo es el fútbol argentino. Mientras tanto, los hinchas
esperan, entretenidos con amistosos, volver a la cancha y gritar por los
puntos.
Fuente Clarín

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