Nicolás Tagliafico, el lateral izquierdo de gran desempeño
en Independiente. Bauza dijo que le juega en contra su baja estatura. / Foto:
Independiente Oficial
Según el Patón la baja estatura le juega una mala pasada al
marcador de punta de Independiente. ¿Qué se espera de los laterales?
Por Juan Manuel Herbella
“En nuestra construcción larga es importante evitar las
zonas controladas por los centrales (fuertes en el juego aéreo frontal e
importantes en los segundos balones), es más fácil construir por Ibarra y Patrice Evra
que son jugadores de poca estatura y con dificultades para disputar de cabeza.
Evra compensa y cierra bien el espacio interior pero (Hugo) Ibarra cierra muy
mal o cuando cierra por dentro permite que el adversario esté siempre de frente
y finalice.”
El textual forma parte del libro “Mourinho, ¿por qué tantas
victorias?, en el apartado de organización defensiva del rival, para el partido
final de la Champions League, del Porto, ante el Mónaco en 2004.
La ausencia oficial de fútbol amodorra el análisis. Las
noticias futbolísticas se suceden, una tras otra, desarrolladas con la
celeridad que permite el nuevo escándalo: desde un incidente nocturno, hasta
las muestras de pugilismo en pleno entrenamiento. Mientras extrañamos el juego,
podemos contentarnos con desentrañar conceptos relevantes.
“(Nicolás) Tagliafico ha tenido un año muy bueno, pero a nivel
internacional la estatura le juega en contra (NdR: mide 1,69mts). Lo estamos
siguiendo” dijo Edgardo Bauza, en una entrevista con La Oral Deportiva (AM
630), desatando una tormenta de críticas inesperadas. Calmadas las aguas y
“olvidada” la frase, es hora de depurar su contenido.
La posición de marcador de punta, probablemente, sea la
menos estandarizada del fútbol argentino. Al referirse a estandarizada, la
intención es clasificar cuáles son esos requisitos idóneos que hacen específica
la función. Al pararse frente a un equipo, uno espera ver: un arquero
corpulento y ágil; centrales duros y espigados, con buen juego aéreo; un
mediocentro ordenado tácticamente y con quite (si le agrega buen pie, ya es
perfecto), mediocampistas con dinámica, pase interior y control del juego;
extremos habilidosos y desequilibrantes que asistan a un centrodelantero con
gol. Ahora, en un momento de reflexión, tómese un segundo antes de continuar y
pregúntese: ¿qué se espera del marcador de punta?
Hasta hace un tiempo, la falta de laterales era una preocupación
en la Argentina: que no salen, que no los forman, que nadie quiere jugar en ese
puesto, etc, etc, etc. Hubo un tiempo donde los marcadores de punta estaban
malditos: hombres abominados, sobre la raya, que no sabían a ciencia cierta qué
función iban a ocupar con el técnico de turno. No sabían si eran marcadores que
debían clausurar la banda, si eran carrileros que iban y volvían por el mismo
costado o si eran laterales que subían al ataque para transformarse en
descarga, cuando el extremo tiraba la diagonal.
Para entender el punto de manera gráfica, en lo que va del
siglo XXI, River salió campeón con un marcador de punta derecho como Garcé,
quien durante su carrera jugó más de zaguero que de lateral; también con
Mercado, fuerte en la marca y de excelente juego aéreo; y con Ferrari que, por
el contrario, defendía poco pero se prodigaba en ataque. Lo mismo se podría
ejemplificar con Boca, e incluso variando de banda: como marcadores de punta
izquierdos fueron campeones, el “aplicado” Matellán, el “carrilero”
Arruabarrena y el “exclusivamente ofensivo” Clemente Rodríguez.
Incluso podría decirse que en estos últimos quince años, en
los requisitos del puesto, hubo un antes y un después de Guardiola. Un antes,
cuando los zagueros se corrían al costado para marcar. En la Argentina hay
ejemplos muy recordados, incluso a nivel de selección: Burdisso o Coloccini, en
el lateral derecho durante el Mundial de Alemania 2006 y la dupla Otamendi (por
derecha) – Heinze (por izquierda) en Sudáfrica 2010. El después llegó, con Dani
Alves como estandarte: elegido por la FIFA como el mejor lateral derecho del
año en 2007, 09, 11, 12, 13, 15 y 16.
Retomando lo que dijo Bauza sobre Tagliafico, pocos se
tomaron seriamente la molestia de compararlo con lo que acontece actualmente en
el mundo. De manera unánime, el austríaco David Alaba, es considerado el mejor
lateral izquierdo: juega en el Bayern Munich y mide 1,80 mts. Lo sigue el
francés Layvin Kurzawa del PSG que es todavía dos centímetros más alto (1,82).
En el pelotón posterior están los brasileños Felipe Luis (1,82) Marcelo Vieira
(1,72) y Alex Sandro (1,81), el suizo Ricardo Rodríguez del Wolfsburgo (1,82) y
el español Jordi Alba (1,70). Todos, incluso Alba, son más altos que
Tagliafico. Se supone que (como pasa en el Barcelona) cuanto más protagonista
es el equipo y más retiene la posesión (de la pelota), menos sufre la baja
altura de sus laterales, porque no son sometidos cerca de su área. Podrá gustar
la propuesta futbolística o no, pero el argumento es absolutamente lógico. Por
lo tanto, para entender por qué la estatura puede llegar a ser un factor
excluyente, primero hay que comprender cómo se pretende jugar.
El presente del fútbol argentino, convulso y carente de una
autoridad fuerte, le quita sustento al entrenador de la Selección. “Un factor
que indica que una defensa defiende mal, es cuando hay incompatibilidad entre
el que defiende y el que ataca. Si usted a un delantero de 1,90 metros lo
empareja con un lateral de 1,70 mts, evidentemente hay un error en la construcción
de la idea defensiva”. No lo dijo Bauza, lo dijo Bielsa hace un par de años
pero a él y, en ese momento, nadie se animó a refutarlo.
Fuente Perfil.com Cuatro Cuatro Dos
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