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martes, 19 de enero de 2016

El talón de Aquino



El volante, con dos goles y una asistencia, fue figura para que el Rojo le ganara sin demasiado brillo a un River que ya no es casi nada del mejor de América...



Por Fabián Rodríguez

Aquino hay lugar para excusas. No culpes a la noche, no culpes a la playa. Mejor culpar a las piernas duras por la pretemporada que todavía no termina, pero... Lo cierto es que el debut de River e Independiente tuvo más goles que luces. Y menos para el equipo de Gallardo: acaso la única luz que vio en el día el técnico de River haya sido la de la velita que sopló por su cumpleaños. Después, con cambio de esquema incluido, el primer partido de 2016 pareció el partido treinta y pico del segundo semestre de 2015, un semestre signado por un rendimiento flojito y por jugadores de los que se esperaba bastante más de lo que dan. El caso de Casco, el de Bertolo, el del Pity Martínez... Si la idea, ya sin el Negro Sánchez, es apostar por otro esquema que incluya a tantos jugadores que no rindieron por arriba de los dos o tres puntos durante el semestre pasado, parece que será un año bastante complicado en Núñez, más allá de algún detalle positivo, como la confirmación de que, al menos, Balanta vuelve a tenerse un poco más de confianza como demostró en la final contra el Barcelona, de que Alario, solito y solo arriba, sigue teniendo hambre de gol, o el rereredebut interesante de un Nico Domingo que trató de ser eje de un equipo sin ideas, pero trató al fin, le puso onda, fue salida desde el fondo y pase a un toque. Es cierto, faltaron jugadores que eventualmente serán titulares, otros entraron en el segundo tiempo, pero no asoman soluciones mágicas para este nivel del equipo de Gallardo: Nacho Fernández, un jugador que en otro momento hubiera sido tan solo una apuesta a futuro, hoy es uno de los pocos hombres que ilusionan al hincha con que demuestre algo distinto a lo que dieron los que jugaron ayer en posiciones similares.

No, Aquino está el campeón. El campeón ya está lejos, bien lejos, en otro hemisferio, salpicado en gotitas por todo el mundo, alguna en Monterrey, alguna en Liverpool, alguna en Madrid, en Lisboa. Aquí, el que sí está, es Claudio Aquino. La mejor noticia para el Flaco Pellegrino en la nochecita marplatense: gol de otro partido desde el borde diestro del área para darle la bienvenida al pobre Augusto Batalla, pase a la red en el segundo tiempo tras un gran centro de Cebolla Rodríguez y asistencia a la palomita de Cuesta. Fue todo del ex Godoy Cruz, que, no sólo apareció mucho más delgado de lo que había terminado el 2015 sino que empieza a demostrar por qué juega en Independiente y por qué Pellegrino pidió que se quedara y lo tiene en cuenta como posible titular en un lugar que sin Mancuello necesitaba alternativas. Claro, el Rojo tampoco fue un relojito: todavía le cuesta, sigue con patologías que vienen de hace rato en el juego y con un arquero que no ofrece demasiada seguridad: el gol de Balanta, después de un malabar enjabonado del Ruso Rodríguez en la línea de su arco, es una prueba de eso.

En definitiva, Aquino está el campeón. Aquí está Aquino. Y no mucho más que eso...



Mar del Plata (enviado).

Fuente Olé

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