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sábado, 5 de diciembre de 2015

Reivindicación histórica Video




Independiente campeon 2002



Por Rubén Iglesias



Independiente tenía que hacer algo con el bendito promedio que lo acechaba. Malas campañas, malas dirigencias y una historia que se venía apagando. Pero se apostó fuerte. Empezaron a venir refuerzos y con el “Tolo” Gallego en el banco no nos dábamos cuenta de lo que se estaba por venir.



Era un torneo raro, porque arrancábamos en descenso directo, junto a Rosario Central, y con la cancha rebalsada de gente en una noche de mucho frío, el “Rojo” bailó a Lanús, en Avellaneda y le ganó 2-0 con goles del “Cuqui” y de Eluchans. Los ánimos siempre se renuevan con los nuevos desafíos, y la gente que siempre estuvo en las buenas no iba a dejar solo a su equipo en las difíciles.



Los goles tardaron, pero los 11 de Américo Gallego le tiraban un aviso a la historia: “venimos a reivindicarla”. Se le ganaba a los del Sur, nos empataba Gimnasia en la última, pero el “Rojo”, había hecho todo para quedarse con los tres puntos. Pero en la próxima fecha se retomaba la senda victoriosa, contra Olimpo, en la malograda Doble Visera.



En la cuarta llegaba Racing, en cancha de River y en día de semana. Todo era alegría cuando el “Toti” Ríos metía el primero, pero poco antes de los 20’ se iba expulsado el “Mariscal” y la incertidumbre reinaba. Para colmo nos empataban. ¿Nos íbamos a poder mantener? Claro que si, los hinchas no sabíamos todavía que ese equipo “nuevo” del “Tolo” era una máquina. Y la historia de cada clásico se repitió. Montenegro, endiablado, primero asistió a Silvera para el 2-1 y coronó una tarde de figura con dos bombazos que sellaron la goleada.



Se igualó con Newell’s de local 1 a 1, pero los palos del uno rosarino se movían. Y la bisagra era en Liniers: Los de Gallego se imponían en una cancha históricamente adversa con un gol del “Pichi” Franco, quizá el jugador más resistido de ese conjunto y, desde la popular que daba a la autopista, se acentuaban los “que vamo a salir campeone´´”.



El ballet empezaba y Colón y Chacarita lo sufrían a flor de piel. 13 goles en dos partidos y una cantidad de pases que hasta los más viejos, maltrechos por el Independiente que sufrían, se animaban a aplaudir. Baile y fiesta que animaban a soñar con un conjunto que parecía que no tenía rivales.



Pero River llegaba a Alsina y Bochini con ese interrogante latente para el Rojo: Si no es este, no es más. Independiente perdía su primer partido del torneo. Inmerecido, pero había que ir a Huracán a demostrar que “no había pasado nada”. Con poco juego ratificaba su candidatura venciendo 2-0 al “Globo”. Característica que mantendría frente a Arsenal, de local, en un partido infartante que el Rojo dio vuelta tras ir perdiendo por dos goles en menos de diez minutos. Y, después, vapuleó a Talleres en Córdoba con 4 goles a puro fútbol de paladar negro.



Fecha 13, lluvia y más preguntas: ¿Cómo se hacía para mantener el ritmo?. El “Pincha” llegaba a la Doble Visera y de carambola, perdía contra un Independiente que usufructuaba correctamente la pierna fuerte y templada cuando no se podía jugar. Mientras goleábamos a Rosario Central, de local, desde Núñez venían mensajes: Perdía River con Boca y la cancha era pura fiesta. Punteros holgados y primeras sensaciones fuertes de campeonato.



La parte final del torneo traía consigo un empate en Liniers, frente a Chicago y una victoria ante Unión, de local que, si bien conformaba desde el resultado, encendía la luz de emergencia en cuanto a la baja del nivel futbolístico. Y la derrota ante Banfield, ¿qué decir?. Muchos pagaban por la caída definitiva del Rojo hasta que llegaba Boca a Avellaneda. El equipo de Tabárez venía en levantada y si ganaba, igualaba a Independiente.



Entre mucho calor el Mellizo silenciaba a las más de 50 mil almas rojas que reventaban el Estadio. Nerviosismo y Boca que perdía goles. ¿Qué se podía hacer? ¿pensar o dejar que la sangre fluya a su ritmo y pedirle a Erico que nos de un empujoncito desde la gloria?. A Gabriel Milito le importaba poco y enarbolaba la bandera del “Mariscal” enojado. “Cuando Milito empuja, Independiente quiere” decía el relator. Y el “Gabi” era una topadora. Iba con la testa arriba, como un verdadero caudillo, de los que ya no quedan. La guapeó, tomó la lanza y se mandó. Pase a Rivas y, el pibe la mandó al área para Lucas Pusineri. El gol más gritado por la nueva generación de hinchas (y no tan nueva) y nacía un campeón de los que ya casi no quedan.



Independiente llegaba a la última fecha como el mejor equipo de Argentina. Ganaba, gustaba, goleaba y resurgía cuando muchos lo daban por muerto. No había otra manera de dar la vuelta que no sea con el brillo que lo caracterizó durante casi 18 fechas. 3 a 0 y dale campeón. Insúa el primero después de un pelotazo milimétrico de Serrizuela y una “bajada” de manual de Silvera para la carrera del “Pocho” que entró como una tromba y la colgó en un ángulo. Serrizuela de nuevo habilitó al Cuqui” que definió con toda su categoría. Al delirio le ponía corolario Pusi haciendo revolcar al arquero cuervo que, desde el piso, veía como se metía la pelota.



Leo Díaz; Juan José Serrizuela, Darío Franco, Gabi Milito y Fede Domínguez; Lucas Pusineri, Diego Castagno Suárez, Pablo Guiñazú; el “Pocho” Insúa, el “Rolfi” Montenegro y el “Cuqui” Silvera. De memoria. De potrero y de manual. Los laterales eran velocistas, pero dotados de la técnica de cualquier wing. El 5 no sobresalía, pero era el del overol, el que se arremangaba y hacía el trabajo pesado para que el resto se luzca. Del 9 no había mucho más para decir, goleador del torneo con 16, un exquisito. Los suplentes entraban y rendían, la competencia era constante y mantenía a todos alertas porque la motivación eran el motor de esta irreverencia futbolística que caracterizó al conjunto del “Tolo”.



Fue una caricia de reminiscencia futbolística entre tanta desidia que reinaba hasta esos años y que padecemos hasta los días que corren. Y desde las verdaderas raíces que conformaron a este glorioso club, el mensaje era claro: La gloria no es eterna. Cada día y cada momento hay que recordarla y reivindicarla. Salud campeón, salud pueblo rojo.



Reviví la campaña acá:



Fuente video YouTube



Fuente De la Cuna al Infierno

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