Independiente campeon 2002
Por Rubén Iglesias
Independiente tenía que hacer algo con el bendito promedio
que lo acechaba. Malas campañas, malas dirigencias y una historia que se venía
apagando. Pero se apostó fuerte. Empezaron a venir refuerzos y con el “Tolo”
Gallego en el banco no nos dábamos cuenta de lo que se estaba por venir.
Era un torneo raro, porque arrancábamos en descenso directo,
junto a Rosario Central, y con la cancha rebalsada de gente en una noche de
mucho frío, el “Rojo” bailó a Lanús, en Avellaneda y le ganó 2-0 con goles del
“Cuqui” y de Eluchans. Los ánimos siempre se renuevan con los nuevos desafíos,
y la gente que siempre estuvo en las buenas no iba a dejar solo a su equipo en
las difíciles.
Los goles tardaron, pero los 11 de Américo Gallego le
tiraban un aviso a la historia: “venimos a reivindicarla”. Se le ganaba a los del
Sur, nos empataba Gimnasia en la última, pero el “Rojo”, había hecho todo para
quedarse con los tres puntos. Pero en la próxima fecha se retomaba la senda
victoriosa, contra Olimpo, en la malograda Doble Visera.
En la cuarta llegaba Racing, en cancha de River y en día de
semana. Todo era alegría cuando el “Toti” Ríos metía el primero, pero poco
antes de los 20’ se iba expulsado el “Mariscal” y la incertidumbre reinaba.
Para colmo nos empataban. ¿Nos íbamos a poder mantener? Claro que si, los
hinchas no sabíamos todavía que ese equipo “nuevo” del “Tolo” era una máquina.
Y la historia de cada clásico se repitió. Montenegro, endiablado, primero
asistió a Silvera para el 2-1 y coronó una tarde de figura con dos bombazos que
sellaron la goleada.
Se igualó con Newell’s de local 1 a 1, pero los palos del
uno rosarino se movían. Y la bisagra era en Liniers: Los de Gallego se imponían
en una cancha históricamente adversa con un gol del “Pichi” Franco, quizá el
jugador más resistido de ese conjunto y, desde la popular que daba a la
autopista, se acentuaban los “que vamo a salir campeone´´”.
El ballet empezaba y Colón y Chacarita lo sufrían a flor de
piel. 13 goles en dos partidos y una cantidad de pases que hasta los más
viejos, maltrechos por el Independiente que sufrían, se animaban a aplaudir.
Baile y fiesta que animaban a soñar con un conjunto que parecía que no tenía
rivales.
Pero River llegaba a Alsina y Bochini con ese interrogante
latente para el Rojo: Si no es este, no es más. Independiente perdía su primer
partido del torneo. Inmerecido, pero había que ir a Huracán a demostrar que “no
había pasado nada”. Con poco juego ratificaba su candidatura venciendo 2-0 al
“Globo”. Característica que mantendría frente a Arsenal, de local, en un
partido infartante que el Rojo dio vuelta tras ir perdiendo por dos goles en
menos de diez minutos. Y, después, vapuleó a Talleres en Córdoba con 4 goles a
puro fútbol de paladar negro.
Fecha 13, lluvia y más preguntas: ¿Cómo se hacía para
mantener el ritmo?. El “Pincha” llegaba a la Doble Visera y de carambola,
perdía contra un Independiente que usufructuaba correctamente la pierna fuerte
y templada cuando no se podía jugar. Mientras goleábamos a Rosario Central, de
local, desde Núñez venían mensajes: Perdía River con Boca y la cancha era pura
fiesta. Punteros holgados y primeras sensaciones fuertes de campeonato.
La parte final del torneo traía consigo un empate en
Liniers, frente a Chicago y una victoria ante Unión, de local que, si bien
conformaba desde el resultado, encendía la luz de emergencia en cuanto a la
baja del nivel futbolístico. Y la derrota ante Banfield, ¿qué decir?. Muchos
pagaban por la caída definitiva del Rojo hasta que llegaba Boca a Avellaneda.
El equipo de Tabárez venía en levantada y si ganaba, igualaba a Independiente.
Entre mucho calor el Mellizo silenciaba a las más de 50 mil
almas rojas que reventaban el Estadio. Nerviosismo y Boca que perdía goles.
¿Qué se podía hacer? ¿pensar o dejar que la sangre fluya a su ritmo y pedirle a
Erico que nos de un empujoncito desde la gloria?. A Gabriel Milito le importaba
poco y enarbolaba la bandera del “Mariscal” enojado. “Cuando Milito empuja,
Independiente quiere” decía el relator. Y el “Gabi” era una topadora. Iba con
la testa arriba, como un verdadero caudillo, de los que ya no quedan. La
guapeó, tomó la lanza y se mandó. Pase a Rivas y, el pibe la mandó al área para
Lucas Pusineri. El gol más gritado por la nueva generación de hinchas (y no tan
nueva) y nacía un campeón de los que ya casi no quedan.
Independiente llegaba a la última fecha como el mejor equipo
de Argentina. Ganaba, gustaba, goleaba y resurgía cuando muchos lo daban por
muerto. No había otra manera de dar la vuelta que no sea con el brillo que lo
caracterizó durante casi 18 fechas. 3 a 0 y dale campeón. Insúa el primero
después de un pelotazo milimétrico de Serrizuela y una “bajada” de manual de
Silvera para la carrera del “Pocho” que entró como una tromba y la colgó en un
ángulo. Serrizuela de nuevo habilitó al Cuqui” que definió con toda su
categoría. Al delirio le ponía corolario Pusi haciendo revolcar al arquero
cuervo que, desde el piso, veía como se metía la pelota.
Leo Díaz; Juan José Serrizuela, Darío Franco, Gabi Milito y
Fede Domínguez; Lucas Pusineri, Diego Castagno Suárez, Pablo Guiñazú; el
“Pocho” Insúa, el “Rolfi” Montenegro y el “Cuqui” Silvera. De memoria. De potrero
y de manual. Los laterales eran velocistas, pero dotados de la técnica de
cualquier wing. El 5 no sobresalía, pero era el del overol, el que se
arremangaba y hacía el trabajo pesado para que el resto se luzca. Del 9 no
había mucho más para decir, goleador del torneo con 16, un exquisito. Los
suplentes entraban y rendían, la competencia era constante y mantenía a todos
alertas porque la motivación eran el motor de esta irreverencia futbolística
que caracterizó al conjunto del “Tolo”.
Fue una caricia de reminiscencia futbolística entre tanta
desidia que reinaba hasta esos años y que padecemos hasta los días que corren.
Y desde las verdaderas raíces que conformaron a este glorioso club, el mensaje
era claro: La gloria no es eterna. Cada día y cada momento hay que recordarla y
reivindicarla. Salud campeón, salud pueblo rojo.
Reviví la campaña acá:
Fuente video YouTube
Fuente De la Cuna al Infierno
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