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lunes, 28 de diciembre de 2015

Contigo, gaucho y Cebolla


En Juan Lacaze, Rodríguez armó una fiesta campestre, juntó plata para obras benéficas y hasta jugó con la del Rojo.

     


       Cristian se prendió en un picado y se mostró muy feliz con su gente.



Por Beto Tisinovich


Cristian Rodríguez llegó al Rojo a mediados de julio pasado. 

Sin pretemporada y con poca actividad futbolística en los dos últimos años, igual le alcanzó para mostrar su clase. 

Las lesiones lo marginaron de partidos clave que Independiente perdió o quedó eliminado. Por eso, su figura se hizo más grande, como sucedió con Jesús Méndez. El Cebolla sabe más que nadie que está en deuda, aunque la gente lo puso en el pedestal. "Me tengo que poner pila el año que viene. Los hinchas me han ponderado, a pesar de que les entregué muy poco", comentó en su entorno.



Y parece que va en serio la cosa. Porque mientras preparaba la octava edición de la Fiesta del Gaucho en Juan Lacaze, a 44 kilómetros de Colonia, se mentalizó y estuvo haciendo trabajos físicos para llegar más en forma al 5 de enero. En esos tres días que duró el evento, a Cristian se lo vio motivado y mucho más estilizado que cuando llegó a su pueblo. "Se lo nota muy compenetrado con Independiente. Quiere ser alguien ahí. Si bien su trayectoria habla por sí sola, sabe que el Rojo para los uruguayos es muy importante. No por nada firmó por dos años. Fue a tratar de ganar torneos importantes. Es un tipo que siempre se pone metas y casi siempre las ha conseguido", afirman del otro lado de la orilla.



En la Fiesta del Gaucho demostró, además de su solidaridad, su sentimiento con el CAI. Es que por primera vez hubo un partido de fútbol en el medio de los eventos con caballos, sortijas, grupos musicales y otras yerbas campestres. En ese picado en el humilde pero coqueto Miguel Camponar, los muchachos que capitaneó el Cebolla Rodríguez, usaron la camiseta blanca de Independiente. Todo un símbolo si se quiere, ya que jamás en las anteriores reuniones el zurdo se puso la casaca del equipo que lo tenía contratado. Enfrentó a una Selección de Lacaze, que había salido campeón departamental al vencer a Carmelo. Casi 3.000 simpatizantes estuvieron en el estadio ubicado pegadito a la Cañada Blanco. Fue una hermosa tarde y en su equipo jugaron Claudio Flores (el arquero que jugó en Lanús), Guillermo Rodríguez (ex central del Rojo) y el Torito (compañero actual), entre otros. El 1-1 fue una anécdota, pero que sirvió para que el pleito se definiera desde el punto penal. Y ahí el Cebolla pateó el último, entre la gente que invadió la cancha. Zurdazo seco, como cuando la metió de tiro libre contra Racing en el 2-1 de la final de la Liguilla pre-Libertadores. Se ganó la ovación de esa jornada solidaria, que siempre lo tiene presente. No por nada invitó a Franco Medero de Colonia Valdense, de 13 años, que hace seis años perdió una pierna, pero que le ganó a un cáncer de hueso. Es que todo lo recaudado va a centros de rehabilitación con el fin de apoyar a los que menos tienen y él, con un nombre pesado en el fútbol, trata de aportar para causas nobles. Un gaucho en todos los sentidos.





Fuente Olé

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